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Voto de Quatermain80:
8
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7,3
1.123
Drama. Comedia
Batala es un truhán que dirige una ruinosa imprenta en París. Acuciado por las deudas, decide imprimir unas historias del Oeste escritas por Lange, uno de sus empleados. Sin embargo, acosado por sus acreedores, se ve obligado a huir de la ciudad, y aprovechando un aparatoso accidente ferroviario, decide simular su propia muerte. Al conocer la noticia, sus empleados acuerdan formar una cooperativa, que empieza a dar beneficios gracias ... [+]
7 de diciembre de 2010
15 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
A lo largo de los años treinta, década enormemente productiva para el cine francés, su máximo representante (junto con Clair), realizó una serie de películas que aparte de su brillantez formal y estilística, revelaban una toma de postura clara frente a la problemática política y social; así, obras anteriores a la aquí comentada, como "Toni", o posteriores, como "La vida es nuestra" o "Los bajos fondos", mostraban la apuesta de Renoir por las clases populares, apuesta que siempre mantuvo, y que cobra vida en su cine.
Dichas clases populares son encarnadas aquí por los personajes que pueblan un patio vecinal parisino, y que partiendo del conserje y su familia, pasando por las chicas de la lavandería y concluyendo en los empleados de la editorial, constituyen el núcleo de la película. Sorprende lo bien perfilados que están todos los personajes, desde los principales a los secundarios, y la importancia que a todo este sujeto colectivo confieren Renoir y su guionista, el justamente celebrado Jacques Prévert. El patio viene a ser un símbolo mismo de la cooperación entre clases populares, y de ahí que los dos momentos claves del filme transcurran en él; la retirada, por parte de Lange, del cartel en el que figuraba el propietario de la editorial (un despreciable, manipulador y caradura Batala, genialmente interpretado por Berry), mostrada con un movimiento de grúa que "implica" a todos los trabajadores y vecinos, y el ajusticiamiento (que no asesinato) de aquél, también a cargo de Lange, en el que la cámara describe un giro completo y descendente, mostrando el patio, del que surgen las voces de sus pobladores.
Por tanto, y teniendo en cuenta que la película se rodó poco tiempo antes del triunfo del Frente Popular, la tesis de la misma queda muy clara: es un alegato contra los patronos injustos, contra la explotación del trabajador, y un canto a la libre asociación obrera. El patrón injusto se asocia a la figura de un tirano, y por ello se justifica su eliminación como único medio para la liberación popular. Continúa en spoiler.
Dichas clases populares son encarnadas aquí por los personajes que pueblan un patio vecinal parisino, y que partiendo del conserje y su familia, pasando por las chicas de la lavandería y concluyendo en los empleados de la editorial, constituyen el núcleo de la película. Sorprende lo bien perfilados que están todos los personajes, desde los principales a los secundarios, y la importancia que a todo este sujeto colectivo confieren Renoir y su guionista, el justamente celebrado Jacques Prévert. El patio viene a ser un símbolo mismo de la cooperación entre clases populares, y de ahí que los dos momentos claves del filme transcurran en él; la retirada, por parte de Lange, del cartel en el que figuraba el propietario de la editorial (un despreciable, manipulador y caradura Batala, genialmente interpretado por Berry), mostrada con un movimiento de grúa que "implica" a todos los trabajadores y vecinos, y el ajusticiamiento (que no asesinato) de aquél, también a cargo de Lange, en el que la cámara describe un giro completo y descendente, mostrando el patio, del que surgen las voces de sus pobladores.
Por tanto, y teniendo en cuenta que la película se rodó poco tiempo antes del triunfo del Frente Popular, la tesis de la misma queda muy clara: es un alegato contra los patronos injustos, contra la explotación del trabajador, y un canto a la libre asociación obrera. El patrón injusto se asocia a la figura de un tirano, y por ello se justifica su eliminación como único medio para la liberación popular. Continúa en spoiler.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
El filme tiene otros momentos fantásticos, como todas las panorámicas descriptivas con las que Renoir nos muestra ambientes e incluso ilustra el carácter de los personajes (véase la que tiene lugar en casa de Lange o en la del conserje). También resulta brillante la muerte de Batala, quien disfrazado de sacerdote, y sabiéndose en las últimas, clama pidiendo la asistencia de un cura, ruego que "atiende" un ebrio conserje al que nadie toma en serio; la ironía de esta secuencia no puede ser más ácida.
Puesto que el crimen cometido por Lange es, en realidad, un ajusticiamiento, toda la construcción de la película -un largo flashback- está concebida para identificar a los espectadores con el improvisado tribunal popular al que Valentine cuenta la historia, y el objetivo que se persigue es que dicho tribunal (el de la película y el que formamos nosotros, espectadores) absuelva a Lange. Así ha de ocurrir, y unas huellas sobre la arena preludian el último plano general, en el que Valentine y Lange se alejan, unidos de la mano, en pos de un horizonte nuevo, de un mundo en el que las gentes del patio han tomado el mando.
Puesto que el crimen cometido por Lange es, en realidad, un ajusticiamiento, toda la construcción de la película -un largo flashback- está concebida para identificar a los espectadores con el improvisado tribunal popular al que Valentine cuenta la historia, y el objetivo que se persigue es que dicho tribunal (el de la película y el que formamos nosotros, espectadores) absuelva a Lange. Así ha de ocurrir, y unas huellas sobre la arena preludian el último plano general, en el que Valentine y Lange se alejan, unidos de la mano, en pos de un horizonte nuevo, de un mundo en el que las gentes del patio han tomado el mando.