La evasión de Jacques Becker es una obra maestra con mayúsculas. Perfectamente dirigida y con un ritmo singular y admirable, consigue atraer la atención del espectador con una serie de detalles que la convierten en una cinta inigualable.
En primer lugar, comienza con una narrativa sencilla pero intrigante, junto con un guión que transmite gran interés y absorbe al público sin contemplaciones. Ayudado en todo momento con unos efectos de sonidos cotidianos como pisadas, gotas o golpes totalmente sorprendentes.
Las actuaciones son naturales y convincentes, por parte de los 5 protagonistas. Los planos y movimientos de cámara son usados de forma inteligente, con gran uso de la fotografía, trabajada al detalle en los momentos de iluminación con notables claroscuros, que convierten la película en una experiencia claustrofóbica en algunos momentos.
En conclusión, la obra culmen de Jacques Becker, trabajada literalmente golpe a golpe, con una trama que atrapa al espectador y lo golpea con un final inesperado. Totalmente recomendable para los amantes del buen cine clásico, trabajado de forma natural y sin florituras.