Kramer contra Kramer de Robert Benton, es un drama familiar basado en el divorcio y sus consecuencias muy emotivo. Dirigida con un ritmo dinámico, es particular y propia, además de admirable y maravillosa, por estar realizada de modo impecable y magistral, sacando de modo inteligente lo mejor de unas actuaciones increíbles, y definiéndola de forma arrolladora y provocadora para el espectador.
La fotografía del gran Nestor Almendros, es sensacional y espléndida, sobre todo en interiores, siendo sugerente y agraciada, y cuidada en detalles con imágenes lumínicas. Y la música, es idónea y llamativa, con sonidos bellos y estimulantes que acompañan la acción de modo soberbio, y en ocasiones rítmicos, pero sobre todo conmovedor, nostálgico y triste para acrecentar el sentimiento de impotencia y lástima del espectador.
Las actuaciones, son soberbias, brillantes y sobresalientes. Con Dustin Hoffman enorme y clamoroso en un inconmensurable papel, y Meryl Streep natural, espléndida y emotiva, ambos con oscars por sus interpretaciones. Y notables actuaciones de Jane Alexander, JoBeth Williams, Howard Duff, George Coe, Bill Moor y la creíble actuación infantil de Justin Henry, siendo de las mejores que se recuerdan. Todos con vestuarios y caracterizaciones estéticamente bien elaborados y trabajados según el personaje.
El guion, es conmovedor, absorbente y verosímil, por estar argumentado de modo provocador para el público, con una historia en su interior que penetra e incita por la impotencia y desesperanza que desprende, siendo grandiosa e inspiradora. Y emplea para ello una narrativa académica, equilibrada y alusiva a la trama, que es correcta y acogedora, y sobre todo afectuosa, natural y sencilla por la relación entre padre e hijo.
Por último, cabe resaltar unos planos y movimientos de cámara con planos detalle, primeros planos, planos generales, travellings originales y movimientos rápidos en los momentos de tensión y nerviosismo, bien detallados e inteligentes para dar en cada momento la sensación que el director quiere trasmitir al público, manejándolo a su antojo.
En conclusión, la considero una obra inolvidable e imprescindible en la filmografía dramática, por ser enternecedora y sentimental como pocas, además de verosímil por marcar claramente una dura realidad en las que todos pierden. Recomendable por su dirección, guion, actuaciones, fotografía, música, planos y movimientos de cámara y narrativa, que junto con sus 5 oscars, avalan a esta obra como algo inolvidable y magistral en el séptimo arte.