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España España · Madrid
Voto de BURÓ:
8
Fantástico Hollywood, años veinte. Tras una desafortunada caída, un especialista en secuencias de acción es ingresado en un hospital. Allí conoce a Alexandria, una niña con un brazo roto a la que hace una promesa: si ella le consigue morfina, él le contará una historia maravillosa. El relato se extiende a todos los rincones del mundo. Remake de la película búlgara "Yo Ho Ho" (1981) de Zako Heskija. (FILMAFFINITY)
25 de julio de 2009
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Uno en el que los malos eran poderosos, perversos, prepotentes y tendenciosos. Uno en el que las princesas eran bonitas, tiernas, sinceras y altruistas. Uno que incluía barcos, caballos, melenas largas que ondean al viento como banderas dicromáticas en lo alto de un mástil, y veladas por un bucanero que lleva un parche y por un héroe, con antifaz. Uno en el que los rojos son siempre carmesíes y los verdes son el resultado de la mezcla perfecta de ocre y añil. Uno en el que los escenarios están al servicio de la historia y son la historia en sí.

Tuve otro, en el que el amor puro lucía irreverente entre sábanas blancas y dunas doradas. Recuerdo incluso que una vez, tuve ese amor entre mis brazos y las yemas de mis dedos percibían el calor que emanaba el corazón. Ese... poseía todo el encanto de la magia que la irrealidad del propio sueño, me pudiera ofrecer. Llegué incluso a albergar la fantasía de que pudiera entrelazar mis dedos con tanta fuerza, que al despertar trajera conmigo la mitad, sólo la mitad, de ese mágico momento.

También había una niña que huía entre árboles frutales. También quería que los seres especiales que la rodeaban, lograran alcanzar la naranja más robusta. También soñaba con que fuera posible trasladar ese mundo que yacía oculto entre lienzos, óleos, pinceles y trementina, al estudio en cuya alfombra permanecía sentada durante horas. Una vez soñé que era una rana sin princesa.

Una vez soñé, que era Roy.

“The Fall”, es una alegoría onírica preciosa que se recrea y disfruta de una puesta en escena cuidada con tanto mimo y tanta pasión, que es inevitable no dejarse transportar a ese mundo lleno de magia y color, que no es otra cosa que la perfecta representación de nuestros sueños más hermosos.
Es una oda a la valentía que supone aceptar nuestros deseos y perseguirlos. Porque sin duda, ellos son los que dan sentido a nuestras vidas.

Sí, claro que sí... esto es para ti. Y el sueño, eres tú.
BURÓ
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