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España España · sabadell
Voto de joan:
10
Drama El objetivo de Andrew Neiman (Miles Teller), un joven y ambicioso baterista de jazz, es triunfar en el elitista Conservatorio de Música de la Costa Este. Marcado por el fracaso de la carrera literaria de su padre, Andrew alberga sueños de grandeza. Terence Fletcher (J.K. Simmons), un profesor conocido tanto por su talento como por sus rigurosos métodos de enseñanza, dirige el mejor conjunto de jazz del Conservatorio. Cuando Fletcher ... [+]
21 de enero de 2015
16 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pegado a la silla, sin poder quitar la mirada de la pantalla y con una inmensa sonrisa, gozando y saboreando una sensación que muy pocas veces te deja una película al terminar. Intentando alargar un placer que se desvanece y que contadas ocasiones suceden en una sala de cine.

Así me quedé, extenuado y feliz, como si acabara de echar un polvo, al encenderse las luces mientras los créditos se sucedían a ritmo de jazz y todo a mi alrededor me resbalaba.

Porqué eso es Whiplash, un puñetazo a la mediocridad, una bofetada al “bueno, la peli no está mal”; una declaración de guerra al cúmulo de películas e historias intrascendentes que olvidamos al minuto y que tenemos que tragarnos para encontrar finalmente joyas que te hagan recordar que es el cine.

¿Y de qué va Whiplash? De un joven baterista de jazz extremademente ambicioso, cuyo profesor es una especie de sargento de las SS que exprime al máximo sus alumnos per obligarles a dar más de lo que están preparados para ofrecer. Pero bajo esta premisa nos encontramos ante una obra maestra del cine bélico, una guerra en la que el campo de batalla es el Conservatorio de Música de la Costa Este y los escenarios; y las armas son las baquetas de la batería y las partituras.

No hay balas, pero si disparos –esa impresionante batalla maestro-alumno que nos muestra con nervio Damien Chazelle como si estuviéramos viendo un intercambio de golpes en un partido de tenis-, y una simple actuación musical adquiere más tensión y dinamismo que el 90% de escenas de guerra de películas del género.

Whiplash es un impresionante duelo interpretativo (mucho se ha hablado del papelazo de J.K. Simmons, pero para mí Miles Teller está a un nivel superlativo).

Whiplash es querer que no terminen los solos de batería ni los conciertos aunque no haya visto en mi vida un concierto de Jazz.

Whiplash es el nervio y la dirección electrizante de Chazelle dando un dinamismo impresionante a situaciones aparentemente estáticas y tranquilas.

Whiplash es, en definitiva, cine. Y eso es a lo que habíamos venido, ¿no?

PD- Discrepo absolutamente de aquellos que consideran que la película justifica la deshumanización y el maltrato como fórmula de aprendizaje o incluso como modelo social. Whiplash nos cuenta una historia, y extrapolar más allá en este caso no tiene, creo, sentido alguno.
joan
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