Cine de gran factura, 'El Dorado' ha tenido la desventurada suerte de nacer en territorio mediocre: el desierto del cinema español de los 80 -ya no digamos los 90 y posteriores- así nos lo confirma.

Creemos que este film, sin ser una obra maestra, sí es mejor que el grueso del infracine que se hacía en la España socialista de entonces. Resulta curioso que un film de tan pésima calidad como 'La ley del deseo' -sí, ese emplasto de Pedro Almodóvar- surgiese por entonces recibiendo críticas optimistas, cuando este film pasaba sin pena ni gloria...

Saura ha sabido filmar una entrega consecuente: su film no pretender ser lo que no es: ni aventura colonial ni mucho menos fantasía tropical, sino reconstrucción histórica de un tiempo perdido, más o menos codificado por unas formas reconocibles, estandarizadas.

'El Dorado' se nos antoja pues uno de los films capitales del dudoso cine español de la década, un trabajo para mentes inquietas, una perla en un estercolero de nimiedades, de vacías miserias. Un film, en esencia, duradero, sólo malogrado por el protagonismo de un actor, Omero Antonutti, francamente mediocre e incapaz de generar tensión alguna.

No hace falta decir que el film de Herzog ('Aguirre, la cólera de dios') es, con mucho, harto superior. Pero Saura es aquí más academicista, y su postura nada puede hacer frente al mundo visionario del alemán.