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España España · Valencia
Voto de Talladal:
8
Drama. Romance Alemania después de la II Guerra Mundial. Michael Berg (David Kross), un chico de quince años, pierde el conocimiento mientras regresa del colegio. Hanna Schmitz (Kate Winslet), una mujer seria y reservada que le dobla la edad, lo recoge y lo lleva a su casa. Entre ambos surge un apasionado y secreto idilio que se ve interrumpido por la misteriosa desaparición de Hanna. Ocho años más tarde, siendo estudiante de Derecho, Michael vuelve a ... [+]
7 de abril de 2009
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película cuenta, lenta y provocadora -esto último hasta cierto punto, que ya estamos curados de espanto-, una relación que principia como pasión oldonyoung y que concluye en una especie de amor imposible otoñal. El sexo termina comiendo el seso a ambos miembros, como en toda compenetración que se alarga en el tiempo. El sentido común, patrimonio de algunos adultos, se impone y la relación se acaba (o mejor deberíamos decir que se suspende) en la pubertad del protagonista. Este queda desde entonces anclado sentimentalmente en la adolescencia, esa venturosa edad del primer amor auténtico, cuando uno se entregó de verdad, ya que a partir de entonces todo es ocaso hasta que la última mate. La melancolía domina al protagonista, que se encierra en sí mismo y en sus radiantes recuerdos adolescentes. El caprichoso azar vuelve a reunir a los antiguos amantes en unas circunstancias extraordinarias: Ambos se reconocen en los gestos –las lecturas, la rememoración de la pasión, el idioma secreto de los amantes-, pero no en las personas, víctimas del tiempo, sujetos íntimamente indescifrables. Dos seres solitarios crearon una vez un breve istmo entre ellos y tal comunión permanece. Ambos son deudores del otro. Ambos son tristes islas en un infinito archipiélago de personas que morirán solas. La alusión al Holocausto complica la trama e introduce una reflexión sobre la justicia. En la película se distingue entre la justicia legal, la justicia moral y la justicia de los amantes. La justicia legal es necesaria pero imperfecta y la justicia de los amantes tan voluble como la propia pasión. Al menos la justicia moral permite, pese a la soledad íntima a la que estamos condenados y que nos afanamos por abolir, que la vida pueda ser vivida.
Talladal
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