Película muy británica, destinada a proclamar lo orgullosos que los ingleses están de serlo, de su cultura, de su típica elegancia y saber estar, de sus películas... y de sus bodas.
Dos protagonistas con gran encanto y elegancia (McDowell y Grant), y secundarios patosos y ridículos que les sirven de contrapunto de forma acertada. Muy divertido Rowan Atkinson (Mr. Bean) como sacerdote oficiante de la ceremonia.
La historia es políticamente correcta, y típica de los tiempos actuales, presentada en un tono amable que se agradece, y en todo el film hay un ambiente de decorado nupcial muy naïf, por lo que más que la historia, lo que es importante en esta película es la atmósfera que la impregna.
Y para mí lo mejor de todo, lo más, y lo que le da el toque definitivo, es la MÚSICA: maravillosa banda sonora con Elton John en varias canciones, y con el inolvidable "Love is all around" de Wet Wet Wet. ¡Fantástica!