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Voto de El dependiente:
8
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6,7
74.486
Ciencia ficción. Aventuras. Acción
Precuela del ya mítico largometraje "El planeta de los simios". Will Rodman (James Franco) es un joven científico que está investigando con monos para obtener un tratamiento contra el alzheimer, una enfermedad que afecta a su padre (John Lithgow). Uno de esos primates, César, un chimpancé recién nacido al que Will se llevó a casa para protegerlo, experimenta una evolución en su inteligencia verdaderamente sorprendente. En el estudio del ... [+]
5 de agosto de 2011
41 de 75 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo cierto es que no creo en Dios, aunque tampoco es que sepa muy bien en lo que creo (a veces tengo tal batiburrillo mental en la cabeza que me siento como si fuese lo contrario del Dalai Lama), pero, supongo que debido a mi educación católica, a veces hablo como si creyera en él.
Esto lo digo porque ayer mismo, en una de estas conversaciones trascendentales birra en mano con los colegas, uno de mis amigos intentó citar algo de "Matrix", alegando que los humanos, más que una especie, somos un virus, porque todas las especies se adaptan al medio natural, pero nosotros no somos así. Nosotros adaptamos el medio natural a nuestros caprichos, lo explotamos hasta agotarlo y, cuando hemos terminado, nos buscamos otro. A pesar de que la cita tampoco es que fuese muy inspirada (el tío llevaba media hora citando cosas de series y películas a ver si daba con la correcta para la situación), sí que tenía bastante razón. El comportamiento humano puede ser escalofriante.
Y (por eso he empezado así mi crítica) ha querido Dios (o lo que sea) que hoy me diese por ir a ver "El origen del planeta de los simios". Al principio no me daba cuenta de la casualidad, pero, al salir de la sala, he tenido una especie de epifanía. Y es que la comercialidad no está para nada reñida con el talento artístico, aunque, en este caso, se debería decir que la comercialidad no está reñida con un buen argumento y un poco de reflexión, que no nos viene mal.
Desde un punto de vista científico, ¿qué vino antes, el problema o la solución? La respuesta es curiosa: cuando el cerebro empezó a desarrollarse a otro nivel, los nuevos niveles de pensamientos llevaron a la localización de problemas en los que la especie nunca antes había pensado. A continuación (relativamente) llegó la aplicación científica para resolver ese tipo de problemas, echando a rodar la primera bola de nieve de lo que sería un alud de consecuencias aún impredecibles con certeza. Problema, solución, problema, solución...
A día de hoy, la ciencia se ha convertido en una especie de "salvar los muebles mientras la casa arde". Nosotros hemos provocado el caos que nos rodea, y nosotros buscamos, aunque a veces sea a la desesperada, la forma de mantenernos en equilibrio y tratar de readaptar el medio a nuestro gusto, y hemos acabado tan atrapados en esa mecánica que nos hemos vuelto demasiado perezosos como para darnos cuenta del tremendo esfuerzo que tendríamos que hacer para salir de ella y ser, por primera vez en millones de años, una especie en comunión con la naturaleza.
No creo en dioses, pero, si existen, es verdad que deben estar locos...
Esto lo digo porque ayer mismo, en una de estas conversaciones trascendentales birra en mano con los colegas, uno de mis amigos intentó citar algo de "Matrix", alegando que los humanos, más que una especie, somos un virus, porque todas las especies se adaptan al medio natural, pero nosotros no somos así. Nosotros adaptamos el medio natural a nuestros caprichos, lo explotamos hasta agotarlo y, cuando hemos terminado, nos buscamos otro. A pesar de que la cita tampoco es que fuese muy inspirada (el tío llevaba media hora citando cosas de series y películas a ver si daba con la correcta para la situación), sí que tenía bastante razón. El comportamiento humano puede ser escalofriante.
Y (por eso he empezado así mi crítica) ha querido Dios (o lo que sea) que hoy me diese por ir a ver "El origen del planeta de los simios". Al principio no me daba cuenta de la casualidad, pero, al salir de la sala, he tenido una especie de epifanía. Y es que la comercialidad no está para nada reñida con el talento artístico, aunque, en este caso, se debería decir que la comercialidad no está reñida con un buen argumento y un poco de reflexión, que no nos viene mal.
Desde un punto de vista científico, ¿qué vino antes, el problema o la solución? La respuesta es curiosa: cuando el cerebro empezó a desarrollarse a otro nivel, los nuevos niveles de pensamientos llevaron a la localización de problemas en los que la especie nunca antes había pensado. A continuación (relativamente) llegó la aplicación científica para resolver ese tipo de problemas, echando a rodar la primera bola de nieve de lo que sería un alud de consecuencias aún impredecibles con certeza. Problema, solución, problema, solución...
A día de hoy, la ciencia se ha convertido en una especie de "salvar los muebles mientras la casa arde". Nosotros hemos provocado el caos que nos rodea, y nosotros buscamos, aunque a veces sea a la desesperada, la forma de mantenernos en equilibrio y tratar de readaptar el medio a nuestro gusto, y hemos acabado tan atrapados en esa mecánica que nos hemos vuelto demasiado perezosos como para darnos cuenta del tremendo esfuerzo que tendríamos que hacer para salir de ella y ser, por primera vez en millones de años, una especie en comunión con la naturaleza.
No creo en dioses, pero, si existen, es verdad que deben estar locos...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
¿Lo que opino sobre la película? Pues, a decir verdad, me ha impresionado. El único motivo por el que he ido a verla ha sido por curiosidad, una morbosa curiosidad, y no me arrepiento para nada. Es más, solo he puesto un 8 porque lo que es la fantasmada, aunque era más lógica de lo que esperaba, se notaba lo suyo.
Escenas trepidantes, un montón de FX, música efectista de cojones... "El origen del planeta de los simios", a pesar de invitar a cierta reflexión (solo "cierta") es, por sí misma, un elegante espectáculo de fuegos artificiales.
En cuanto a las interpretaciones, James Franco, con cada trabajo que hace, se consolida un poco más como un actor más que competente, y esta no iba a ser una excepción. Sale el que hacía de marciano en "3rd rock from the Sun", que siempre es una cara agradable de ver, aunque esta vez en un papel más dramático, y Tom Felton, condenado a interpretar a cretinos (este era otro de los alicientes de mi curiosidad, saber qué iban a hacer los actores de "Harry Potter" después de la saga, y estoy satisfecho con este caso. Hacía tan bien de gilipollas que en su primer minuto en la película ya le había cogido asco).
Sin embargo, siento debilidad (desde el primer instante) por Caesar. Incluso llegué a sentirme como una niñita pija y sensible al pensar "jooo, yo quiero un mono como ese" (luego me fui a tomar unas cervezas, a eructar y a tirarme pedos y recuperé mi dignidad masculina).
Sin embargo, es verdad, yo quiero un mono así de rico para mí.
Escenas trepidantes, un montón de FX, música efectista de cojones... "El origen del planeta de los simios", a pesar de invitar a cierta reflexión (solo "cierta") es, por sí misma, un elegante espectáculo de fuegos artificiales.
En cuanto a las interpretaciones, James Franco, con cada trabajo que hace, se consolida un poco más como un actor más que competente, y esta no iba a ser una excepción. Sale el que hacía de marciano en "3rd rock from the Sun", que siempre es una cara agradable de ver, aunque esta vez en un papel más dramático, y Tom Felton, condenado a interpretar a cretinos (este era otro de los alicientes de mi curiosidad, saber qué iban a hacer los actores de "Harry Potter" después de la saga, y estoy satisfecho con este caso. Hacía tan bien de gilipollas que en su primer minuto en la película ya le había cogido asco).
Sin embargo, siento debilidad (desde el primer instante) por Caesar. Incluso llegué a sentirme como una niñita pija y sensible al pensar "jooo, yo quiero un mono como ese" (luego me fui a tomar unas cervezas, a eructar y a tirarme pedos y recuperé mi dignidad masculina).
Sin embargo, es verdad, yo quiero un mono así de rico para mí.