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España España · Oviedo
Voto de Gould:
5
Drama La acción transcurre en una prestigiosa clínica psiquiátrica. Complots, intrigas, aventuras amorosas y desengaños entrelazan las vidas de los personajes. Un asunto baladí, la confección de unas nuevas cortinas, es el detonante de un complicado conflicto en el que se verán envueltos los médicos, el personal auxiliar y los propios pacientes. (FILMAFFINITY)
15 de abril de 2018
8 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Desequilibrios mentales y pasiones exacerbadas se mixturan en este ajado melodrama que se sostiene por el incomparable arte de Minnelli -lejos en todo caso de sus mejores y también atormentados melodramas, su gran especialidad en los años cincuenta- y gracias al trabajo de algunos de sus actores protagonistas como Richard Widmarck, sobrio y contenido pero muy eficaz como comprensivo doctor McIver, mi idolatrada Susan Strasberg, que nunca tuvo un papel protagonista de peso que hiciese justicia a su descomunal talento y el magnífico John Kerr como atormentados pacientes de esta clínica de ricachones con problemas de adaptación.

Minelli nos muestra el mundo de la psiquiatría, la enfermedad mental y la depresión, sin demasiados tapujos, a través del trabajo de una serie de doctores en la clínica, sus diversas visiones de la medicina, sus peleas, celos profesionales y problemas domésticos, contraponiendo un doble conflicto, el de los pacientes y sus enfermedades y el de los doctores y sus vidas personales, arrasadas por su trabajo.

Lo más interesante de esta película coral, algo enfática y teatral, es la gran labor de puesta en escena de Minnelli, el elegante uso del cinemascope, los ligeros, casi imperceptibles pero expresivos movimientos de cámara y, como no, el admirable uso de tonos y colores, en ocasiones ciertamente excesivo, que reflejan la psique de sus personajes. Lamentablemente, estos son un poco de cartón piedra, bocetos o arquetipos al uso y moda de las películas de psiquiatría de la época, algo mecanicistas y paulovianas, llenas de psicologismo ramplón y énfasis innecesarios, como el cargante asunto de las cortinas.

Acompañando la irregular propuesta un envejecido y envarado Charles Boyer como descuidado médico y una inexpresiva Lauren Bacall completan el cuadro de este fallido y autocomplaciente melodrama del maestro Minnelli al que el tiempo ha expuesto a la luz todos sus costurones y defectos.
Gould
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