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España España · Oviedo
Voto de Gould:
9
Drama. Thriller. Fantástico. Cine negro Según una antigua leyenda, si varios desconocidos piden a la vez un deseo al ídolo chino Kwan Yin, éste abre los ojos y los hace realidad. Crystal Shackleford decide averiguar qué hay de cierto en todo esto. Para ello, reúne en la calle a dos extraños con problemas diferentes y les propone pedir un deseo la noche en la que comienza el nuevo año chino. (FILMAFFINITY)
31 de octubre de 2015
9 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sorprendente film noir del maestro Negulesco basado en un desquiciado y original guión, lleno de recovecos y humor sardónico, de Howard Koch y John Huston. Bajo el marco de una gran producción de la Warner desfilan ante nuestros ojos las historias de varios personajes unidos por el azar de una diosa china que otorga la suerte: una celosa y cruel esposa capaz de cualquier vileza por retener a su marido, un administrador de fondos arruinado cuyo sueño es entrar en el elitista club Barrister, un alcohólico y cultivado mequetrefe inesperadamente romántico o una viuda que habla con su marido muerto. La película se beneficia del éxito de la inolvidable pareja Sidney Greenstreet y Peter Lorre -inmortalizados en “The Maltese Falcon” (1941) del propio Huston o en “Casablanca” (1942) de Michael Curtiz- y que ya habían trabajado con el mismo Negulesco en dos notables producciones: “The conspirators” y “La máscara de Dimitrios” ambas de 1944. Aunque destaca el trabajo de una malvada Geraldine Fitzgerald, casi a la altura de su papel de Lettie en la magnífica “The Strange Affair of Uncle Harry” (1945) de Robert Siodmak, lo que sobresale con luz propia en esta originalísima producción es el trabajo de Peter Lorre. Acostumbrado a papeles secundarios de tipos escurridizos, débiles o adictos, y aún sin salir del estereotipo, el guión regala al actor alemán un complejo personaje entre cínico y romántico, inaudito prácticamente en toda su carrera, una especie de galán en negativo que consigue llevarse a la chica y, de paso, robar nuestros corazones. Prodigiosa dirección del gran maestro Negulesco con una ambientación y atmósfera cargada de misterio y ambigüedad: luces, planificación o encuadres que contribuyen a la gran impresión que nos produce este atractivo film.
Gould
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