Película de acción muy palomitera que me trajo a la memoria esas superproducciones noventeras protagonizadas por Seagal o Norris en las que el héroe repartía leña a cientos de esbirros sin recibir un solo arañazo para conseguir frustrar ese presumible ataque terrorista o para librarse de una condena injusta y así cazar al verdadero malhechor.

El apartado técnico está muy cuidado, pero a veces uno se pregunta de qué sirven tantos millones al servicio de un guión tan flojo.

Liam Neeson está bien -como siempre- y entretenimiento no le falta a esta película pero echo de menos algo más de escritura para sostener tanta explosión.