Tiene todo lo que se espera pero nada destaca.
Un buen ritmo y unas escenas de acción lograda chocan contra un argumento que deja muchos puntos negros sin resolver y que al espectador ya se le dan mascados desde el principio.
En general es interesante pero hay cosas que se les fué la mano con el whisky. Por ejemplo el protagonista. Ser ingeniero y húngaro que hace el servicio militar te convierte en la versión peligrosa de Rambo. Ya me imagino la versión española con un albañil extremeño que hizo la mili en Cádiz y se enfrenta a la mafia rusa.

Luego las actuaciones. Solo se salva Noomi, especialista en mujeres extremas bien sea física o mentalmente. De Colin en su línea para ser el primer actor que va a estar en el museo de cera sin necesidad de hacer su muñeco.

Una más del montón que no aporta mucho y se olvida fácilmente pese a ser fácil de digerir.