Vaya por delante que el que suscribe es un abnegado e incondicional seguidor de Quentin Tarantino. No pretendo ser imparcial; de hecho, esta crítica está más bien dirigida a la gente que, como yo, profesa admiración por su cine y, sin embargo, temía encontrarse con unapequeña decepción en el cine en esta ocasión.

Me esperaba una película excesivamente sangrienta, quizás poco cuidada, con homenajes setenteros y, eso sí, salpicada por los toques de clase de "enfant terrible" del cine actual (por si alguien no lo recuerda, Pulp Fiction fue Palma de Oro en Cannes en 1994). Pues resulta que la violencia está muy circunscrita a elementos puntuales y necesarios de la película; que una vez más, los actores, ayudados por un guión brillante, toman protagonismo y situación en la película nada más comenzar; que sí, hay homenajes, pero cuidados al detalle y muy bien elegidos (y como siempre, las mejores referencias son a sus propias películas); y que además, resulta curioso y gratificante escuchar hablar a Tarantino por boca de esas chicas, que están maravillosas en sus papeles, por cierto.

¿Quién quiere efectos digitales? Parece evidente que no hacen falta si se tiene gusto por la dirección, y se tiene claro qué transmitir. No es que sea lo mejor de la peli pero contiene una de las mejores persecuciones que he visto en mi vida.

Un apunte final para Kurt Russell. Se sale en su papel, aunque claro, hay guiones con los que es fácil lucirse.

En resumen, mucho más que un vehículo de entretenimiento. La película destila sabor y buen cine. No volveré a dudar: este tío puede hacer una película sobre los freaks de Gran Hermano, y aún así, resultar brillante...