En “No matarás” se nos cuenta una historia de crimen y castigo sin comedimiento ni respiradero alguno, con un feísmo visual verdoso que da hasta ASCO verla, y que hace que se te quiten las ganas de visitar Varsovia.
La escena del crimen es durísima, con una deprimente visión de la violencia al estilo de Michael Haneke (ausencia total de motivaciones) y de Gaspar Noé (es una escena larguísima)
El castigo no es menos terrible, mostrando un sistema jurídico embrutecido e inclemente. Con él no se soluciona nada, y al final sólo queda más dolor todavía.
Como tenía en mente el enorme sentido de la estética de los posteriores títulos de Kieslowski, me ha chocado toda esa repugnancia humana y visual: ya el primer plano es el de una rata muerta flotando en un charco, al que sigue el de un gato ahorcado inocente/maliciosamente por unos niños (metáfora/presagio del final)