Extraña comedia, si es que se puede llamar así, pero de serlo, como comedia, no tiene gracia alguna. Para mí es un enredo sin mucho sentido, oscuro en las ideas y en las imágenes, con una fotografía más que mala, descuidada y chapucera. También es un lío muy ruidoso, con una música desafortunada, contumaz y estridente, empeñada en subrayar cada instante sin dejar ni un solo hueco al silencio.

De partida, la cinta es sugerente, con una protagonista entrañable y lúcida que pone en cuestión los modos sociales. Un robo en su casa y la falta de implicación de la policía en resolverlo la colocan en la tesitura de actuar por su cuenta e intentar comprender por qué "la gente es tan gilipollas", y pare usted de contar. A partir de ahí, la sorpresa se acaba y se acaban sobre todo las ideas para, después de un embrollo sin mucho sentido, rematar en un final muy burdo, ridículo y extremadamente lamentable que echa por tierra unos inicios estimables.

Defrauda. No se entiende la valoración de la crítica.