Se trata de una película de acción en la que un grupo de ladrones profesionales ejecuta un espectacular atraco a un banco. Pero, no solo roban dinero y joyas, sino que además se hacen con ciertos documentos que podrían delatar escándalos diversos de altos funcionarios del gobierno británico, policías corruptos e incluso a un miembro de la familia real.

Se trata de una película de acción, de ladrones de bancos muy bien dirigida por Roger Donaldson e interpretada como actor principal por el “duro” Jason Staham que borda su papel en un filme de intriga con una elaborada puesta en escena, un buen guión y una trama cuidada que mantiene la atención fija en la pantalla. Dado que es de época (se desarrolla en los años setenta y poco), la ambientación es muy cuidada. En cuanto a interpretación, no sólo Staham sino todo el reparto suele dar la talla de forma notable, no en vano es una peli británica, que suele cuidar mucho la interpretación. Por cierto, en este sentido Saffron Burrows, que me parece no es muy valorada en general, hace otro gran papel en esta película. El hecho de ser una producción británica, también hace que este thriller de gran factura, no tenga el exceso de disparos, golpes o coches destrozados a que nos tiene acostumbrados el cine norteamericano de este género, salvo contadas excepciones. Técnicamente está muy bien realizada, la cámara está muy bien dirigida y se detiene y muestra muchos detalles del Londres en movimiento, con muy buenos ángulos, lo que colabora en el clima de tensión que va creciendo a lo largo del filme.

En resumen, es una buena película que no conviene perder si tenemos la oportunidad de verla. Yo la vi anoche en TV, y me pareció tan atrayente que hice lo que nunca hago: ver un filme en una de esas cadenas con publicidad incorporada. Pero no me pude resistir: ¡valió la pena!