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España España · Granada
Voto de Kikivall:
6
Thriller Basada en la vida real de Barry Seal, un piloto de la TWA reclutado por la CIA que se convirtió en un importante narcotraficante que movía droga para el cartel de Medellín de Jorge Ochoa y Pablo Escobar entre los Estados Unidos y Centroamérica, viéndose involucrado en importantes sucesos de los años 80 como el escándalo Irán-Contra. (FILMAFFINITY)

25 de abril de 2018
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es una cinta basada en hechos reales adornados para el cine, obvio; o sea, una biografía en la que resulta complicado delimitar realidad y leyenda. Al poco de salir sólo tenía del film la imagen de un Tom Cruise gesticulante y pasable acarreando maletas de dinero, billetes volando al viento, y embadurnado en cocaína. Poco más.

Como digo, el guión es un retrato de la vida real de Barry Seal, un ex piloto de la TWA que, cansado de su rutinario trabajo y habiendo caído en el momento y lugar oportunos se convirtió en un poco de todo: CIA, traficante de todo, etc.

El director Doug Liman hace un entremezclamiento de comedia, thriller, cine político y más, que sobre la marcha sirve a modo de espectacular entretenimiento. El montaje de Liman es, como la película, psicoestimulante, como si el espectador esnifara parte de la abundante cocaína.

Tiene un ágil y bien escrito guión de Gary Spinelli que deviene entretenido biopic, con diálogos ocurrentes y situaciones de pasmo. Al final el retrato del personaje principal tiene tanto protagonismo como la feroz sátira política.

La música de Christophe Beck me parece en exceso trepidante y es buena la fotografía de César Charlone donde destacan los planos aéreos de Centro América y Suramérica que son espectacularmente bellos.

En cuanto al reparto haya un decente trabajo de Cruise que siendo como es buen actor, insiste en seguir apareciendo como héroe u hombre de acción; pero resulta que los años no pasan en vano y él parece no darse cuenta que está ya un poco fondón para tanto trajín. El resto del elenco todo bien, conjuntado y profesional.

Cerca de dos horas de sonrisa cruisiana, una pena, pues Tom daría para más artísticamente, aunque dólares sí le habrán pagado a granel por hacer de aventurero. En realidad, la película parece una metáfora de la vida de Cruise. Pues como no espabile, puede que no tenga dónde meter tanto dinero, pero su calidad actoral quedará lejos de aquel Cruise de Rain Man (1988). Parafraseando a nuestro clásico Garcilaso de la Vega en su soneto XXIII, yo le diría a Cruise que ‘cogiera de su alegre primavera / el dulce fruto, antes que el tiempo airado / cubra de nieve la hermosa cumbre’ ¡Pero qué digo! ¡Si Tom es ya otoñal!
Kikivall
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