Vi esta película en el Cinema City de la muy ilustre ciudad de La Plata, capital de la provincia de Buenos Aires (Argentina). En su estreno y era febrero, o sea, verano en la tierra austral. Era feliz y estaba enamorado de una mujer de ahí mismito, de la calle 62, pues allí las calles son números. Con ella fui a ver el “Algo pasa con Mary”. Me reí muchísimo, creo que más de la cuenta. Cosas del amor, pienso ahora, ese estado de tontez transitorio, pero muy bonito.

La película bien dirigida y escrita casi al completo por Peter Farrelly y Bobby Farrelly es una comedia de amores con una Cameron Diaz en su salsa acompañada de un Ben Stiller muy cómico sin hacer de cómico. Comedia gamberra y locuela de humor a veces burdo pero efectivo. O sea, es un poco estulta; en el cine donde la vi habría dicho ‘boluda’. Y es así, bastante boludácea y también escatológica y guarra por momentos. Pero ahí estábamos, riendo, jaja!! ¡Zonzeras!

Pero bueno, chiste tras chiste, golpe tras golpe nos reimos, no sólo nosotros... por suerte.

Al poco la recomendé a un hermano y cuando la vio me dijo que maldita la gracia que le había hecho. En ese punto empecé a pensar en qué estado de chorlito romántico me encontraba. Tardó un poco la cosa, pero acabé casándome con ella, con la platense, ya saben.