En 1953 Georges Stevens dirigió un gran western de título “Raíces profundas”, con Alan Ladd como protagonista (https://www.encadenados.org/rdc/todo-lo-demas/6235-raices-profundas-shane-1953-de-george-stevens). Más de 30 años después, Clint Eastwood dirige e interpreta un remake de aquella obra en un tono sobrio y sombrío.

Una obra fría, con una interesante estética clasicista que quiere valorizar el género de vaqueros que encumbró a Clint, en el cual rodaje no olvidó las enseñanzas de Siegel y Leone.

La historia es la de un hombre maduro y solitario, diestro con las armas y de severa mirada, que se convierte en héroe para un grupo de pobres colonos buscadores de oro asediados por unos y otros pistoleros. Son gente humilde cargada de humanidad, para los cuales el asceta predicador, pues por tal se hace pasar el protagonista, resulta ser su salvador frente a temidos sicarios y al caique local.

Película que saca todo el jugo a los códigos del salvaje oeste mitificado, un western bueno que quiere anticipar la obra cumbre del género de Eastwood: “Sin perdón” (1992).

En el filme Eastwood parece haber entendido a la perfección cómo interpretar el rol de pistolero delante de la cámara, lo que le da una enjundia y una profundidad al filme muy meritorias. Le acompañan actores y actrices como Sydney Penny, Michael Moriarty, Chris Penn o Carrie Snodgress, entre otros, todos conjuntados y en sintonía.

Película, en fin, que puso en manifiesta evidencia la calidad y el genio indiscutible de un Eastwood como actor y sobre todo, como director.