Es una película preciosa, ya no sólo por los gráficos, también por el guión. Como ya nos tiene acostumbrados Pixar, los "buenos" son siempre majetes pero con un puntito de malos, los "malos" no son tan malos e intentan ser buenos, enseñando valores positivos para los niños como el ser valientes, el ayudar al prójimo, la compasión, y todo ello mezclado con frescura y naturalidad.