Esta serie es extrañamente divertida para seguir la estela de CSI, pero eso la hace un producto mucho más completo.

Los personajes son lo mejor de la serie: Temperance Brennan (Emily Deschanel) es una antropóloga forense y escritora con un gran intelecto, habilidades sociales más bien nulas y conocimiento muy limitado de la cultura pop, es atea a rabiar (y a veces se la podría tachar de blasfema sin faltar a la verdad) y a ratos resulta fría y pedante sin darse cuenta, aunque poco a poco su corazoncito sale a relucir.
Seeley Booth (David Boreanaz), es un destacado agente del FBI (y ex francotirador) que ha participado en varios conflictos bélicos, con las consiguientes secuelas psicológicas, es católico practicante (pero sin caer en lo flosmariano), y se deja llevar por su instinto, lo cual saca de sus casillas a Brennan, a quien llama Huesos. Ambos resuelven asesinatos especialmente complicados con ayuda de otros personajes tales como: Ángela (Michaela Conlin) una artista con extensos conocimientos de informática que le permiten identificar los cadáveres por muy descompuestos que estén, además de ser una chica extrovertida, consciente de su atractivo, y que vive el presente al máximo, Jack Hodgins (T.J. Thyne), un entomólogo con mucho sentido del humor, apasionado de su trabajo y de los experimentos (que muchas veces dejan el lugar patas arriba), y que tiene un lado guarro (como Ángela), Zack Addy (Eric Millegan), el ayudante de la doctora Brennan, con aún menos habilidades sociales que ella, pero con un intelecto brillante, Ángela y Hodgins hicieron lo posible por mejorar sus habilidades sociales, aunque el resultado fue el que fue, Camille Saroyan (Tamara Taylor), una patóloga forense, y expolicía criada en mitad de Nueva York, exnovia de Booth (sin que lo sepan sus familiares), es extremadamente competitiva y le gusta el orden, al principio Brennan la odia pero acaban siendo amigas, se lleva a matar con su envidiosa hermana Felicia y tiene una hijastra adolescente llamada Michelle, la fiscal Caroline Julian (Patricia Belcher), una señora muy sarcástica y segura de sí misma, que suele aparecer en casos problemáticos a ayudar (o en ocasiones importunar), suele vacilar a todo el que se cruza con ella, incluidos el agente Booth y la doctora Brennan, y el doctor Lance Sweets (John Francis Daley), un joven psicólogo del FBI que al principio es despreciado por Brennan y Booth para acabar siendo muy buenos amigos, ayuda en los interrogatorios, detectando señales en el lenguaje corporalde los sospechosos, o en su comportamiento, que pudieran determinar su culpabilidad, intenta ser muy profesional, pero falla por culpa de Daisy (Carla Gallo), una apasionada becaria que tiene serios problemas para contener sus palabras y sus emociones, y que por innecesario que esto suene, se excita en contextos de lo más inoportunos.

Ella y otros becarios (Wendell Bray, un joven atractivo y brillante de orígenes muy humildes que rápidamente se hace amigo del doctor Hodgins, ayudándolo a llevar a cabo sus poco ortodoxos experimentos, Clark Edison, un científico centrado en su trabajo y con nulo interés en la vida personal de sus compañeros, a los que ha llegado a tachar de poco profesionales, Arastoo Vaziri, un exiliado Iraní que huyó de su país en su etapa universitaria por problemas con el régimen, que consigue completar sus estudios para convertirse en antropólogo, Collin Fisher, un hombre muy inteligente, pero que eventualmente acabó en un psiquiátrico (como yo), con tendencia a decir cosas fuera de lugar, Finn Abernathy, un chaval de campo con un intelecto que contrasta enormemente con su apariencia y su forma de hablar y actuar, que eventualmente acaba haciendo muy buenas migas con Michelle, para disgusto de Camille, Oliver Wells, un estudioso extremadamente pedante que le intenta hacer ver a todo el mundo su superioridad intelectual, llegando a sobrepasar los límites de la ética en varias ocasiones, Rodolfo Fuentes, un cubano fugitivo del régimen que muestra una actitud muy poco profesional, llegando a insinuársele a la doctora Brennan en múltiples ocasiones, y Jessica Warren, una joven salida de una familia numerosa, estudió en una cooperativa educativa y fue la primera de su promoción, cree en la creatividad en la ciencia, chocando ocasionalmente con Brennan), ayudan a la doctora Brennan con su trabajo llegando a hacer hallazgos cruciales.

En las últimas temporadas se les unen el agente James Aubrey (John Boyd), un agente del FBI con poca experiencia, problemas con los millonarios (derivados de su mala relación con su padre, un multimillonario avaricioso), y un apetito muy voraz, que llega a enamorarse de Jessica, y Karen Delfs (Sara Rue) una analista del comportamiento con un comportamiento extraño (y a veces incómodo), un apetito insaciable, algunos problemillas de memoria a corto plazo, y cierta atracción por Aubrey.

Las tramas son en su mayoría muy formulaicas (una escena normal acaba en el descubrimiento de un cadáver de aspecto repugnante, Brennan y Booth hablan/discuten sobre algo, les advierten del cadáver, ellos dos, Hodgins, y Saroyan analizan el escenario del crimen, se traslada el cadáver al Jeffersonian, Ángela lo identifica, Booth busca sospechosos, por un lado Brennan, Hodgins, Saroyan, Addy, y posteriormente los becarios analizan el cadáver, por el otro Booth interroga a los sospechosos (muchas veces con ayuda de Lance), se encuentra al culpable, se celebra en el bar, créditos), pero las subtramas de los capítulos mantienen viva la serie, al igual que el humor.

Recomendada salvo en hora de comer
Moraleja:El Toyota prius es el mejor coche del planeta, lo dice Ángela, lo dice Brennan, y lo dice Felicia, tiene mogollón de cosas chulísimas que no puedo explicar (no es una referencia a nada malpensados),