El cine actual suele padecer la falta de riego en los cerebros de los guionistas, así como también suele disfrutar de facturas apañadas, o incluso despampanantes, que intentan disfrazar, sin conseguirlo, lo escaso del talento de los escritores.

Esta peli va al revés.

Goza de una historia bien engendrada, pensada, hilada y adaptada, pero sufre de la típica factura triste del cine español. El montaje muy bueno, por cierto.

Grandinetti estupendo, la Toledo desentonada.

Señores yanquis, por favor. Vengan con sus millones a solucionar el problema. Pero no toquen ni una coma, no la vayan a cagar, como casi siempre.