Sin miedo a que me tachen de sacrílego por fin he visto una película sobre los simios que no me ha dado vergüenza ajena.

Por alguna extraña razón que respeto aunque no comparto, crítica y público otorgaron a la obra protagonizada por el actor Charlton Heston el estatus de clásico, sólo porque Pierre Boulle (Autor de la novela "El puente sobre el río Kwai") había escrito algo sobre simios que aunque no conocía ni el tato aportó prestigio al filme.

Boulle pudo contemplar horrorizado como la otra mitad del trabajo de su vida era de nuevo alterada por los estudios cinematográficos creando un híbrido de serie AB que acabaría teniendo éxito y que llega hasta nuestros días. Hoy por fin podré decir que esta precuela es y será el único ejemplo de la saga que justificará la existencia de la misma. Fuera del ridículo y con valentía nos encontramos ante un gran espectáculo que hubiera alcanzado una categoría mayor sin la presión de los estudios.

Enhorabuena a James Franco que cada día es más grande, y el pésame al director pues ha de ver su film en un pack junto al chistoso remake de Burton. Esta es una obra en sí misma, con un carisma que la aleja de la parafernalia kitsch que le precede.