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Antigua y Barbuda Antigua y Barbuda · L.A.M.F. St.
Voto de Bartleby:
8
Drama. Acción China, finales del siglo VIII. Nie Yinniang regresa a casa de su familia tras años de exilio. Educada por una monja que la ha convertido en una experta en artes marciales, Yinniang es una auténtica justiciera cuyo objetivo es eliminar a los tiranos. Su maestra le encarga la misión de matar a su primo Tian Ji'an, gobernador disidente de la provincia militar de Weibo, con el que tuvo gran complicidad cuando ambos eran jóvenes. (FILMAFFINITY) [+]
9 de diciembre de 2015
14 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Cuál es el género de esta película?. Ninguno que yo conozca. Hsien es un verdadero autor, un artista. Recuerda a otros pero no se parece a nadie. No "reinventa" nada: no es una película de artes marciales. Quien busque eso que no la vea (mas bien fue Tarantino quien lo reinterpretó junto al Manga y el Spaghetti Western en "Kill Bill"). El autor por excelencia que reinterpreta géneros según su inimitable personalidad y sensibilidad es Jarmusch. Y lo hace como nadie, para mí es todo un maestro del cine.
Tampoco es una ópera pero tiene todo los elementos para serlo: espléndida música, belleza, poesía ( pájaro verde del perro verde que es Hou), celos, traiciones y conflicto entre sentido, en este caso de Estado, y sensibilidad. No es "Ran" (Rey Lear/ Falstaff) ni "Trono de sangre" (Macbeth) ni la más oriental "Vida de Oharu, mujer galante". No es una ópera porque no hay "pathos", en parte porque lo que mas flojea de la película es que el director da poco peso a los actores que más que "modelos" bressonianos son parte del bellísimo atrezzo del film, ya que en Bresson había una intención que tenía que ver con su forma de entender el mundo. Una finalidad filosófica que no tiene Hou Hsiao-Hsien.
Entonces ...¿Que coño es?. Algo diferente. Para mi modesto entender, una especie de thriller político enrevesado cargado de lirismo y una belleza apabullante. Belleza también "sui generis" que quizás recuerde en algún momento a Mizoguchi o incluso Ophüls en los planos entre visillos o telas, pero que es marca de la casa.
Lo que sí tiene en común es con otra de sus películas, "El maestro de marionetas", en cuanto a la importancia que da el director al paisaje, a los rituales y a las supersticiones como elementos didácticos para darnos a conocer la historia del Taiwán ocupado por los japoneses o la China imperial medieval y, por supuesto, el aspecto plástico del cine, el color, la composición y la música.
De belleza vacua, nada de nada. De exotismo costumbrista oportunista para festivales de cine, nada de nada. Es una película donde la política es importante, tanto que debió contagiársela al jurado de Cannes que decidió no darle la Palma de Oro para premiar una película francesa que no pasa de interesante. Con su pan se lo coman.
Bartleby
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