Esta película me resultó una gran decepción.

Me encantan las historias de vampiros, las buenas, interesantes. Los retratos que valen la pena, alejados de esa imagen adolescente de hoy en día.

Pero los tres protagonistas masculinos (Brad Pitt, Tom Cruise y Antonio Banderas) nunca parecen vampiros, sino personas disfrazadas de éstos. Ninguno de los tres pudieron convencerme durante un minuto, quizá culpa de las estrellas que hoy en día son, cuya imagen es tan poderosa, jugando esto en contra muchas veces.

La que sí está genial en una representación sutil y poderosa es la magnífica Kirsten Dunst. Un deleite.

La película en sí funciona por momentos, pero creo que no logra atrapar durante mucho tiempo.