Whiplash enfrenta a dos personajes y nos pone frente a una idea que puede interpretarse de dos maneras muy distintas.

Empecemos por el magnífico duelo interpretativo. Miles Teller y J.K. Simmons están impresionantes, uno en el papel de alumno aparentemente tímido y sin aparente talento y el otro en el papel de maestro durisimo, que cree que solo llevando al límite a sus alumnos conseguirá descubrir si alguno de ellos oculta ese talento especial que tan pocos tienen. La película es una replica constante entre los dos, una lucha de egos, de locura y de pasión por la música que les lleva a odiarse pero a querer más el uno del otro, una relación enfermiza con la que irán retándose y llevándose al límite.

Sobre la idea central de la película, la búsqueda de la perfección, el esfuerzo de lograr el máximo, de ser el mejor, podemos tomarlo como un mensaje positivo, si te esfuerzas mejoras y podrás conseguir tus metas. O verlo desde un punto de vista bastante "yanqui" de la especialización, en el que sólo importa ser el número uno, olvidarte del resto del mundo, de las personas que te rodean, del resto de cosas que te puedan interesar, centrarte en algo y buscar ser el mejor sin importarte qué tengas que hacer o por encima de quien tengas que pasar. Lo único importante es lograr tu final deseado.