Haz click aquí para copiar la URL
España España · Ciutadella de Menorca
Voto de Joan:
8
Drama. Comedia. Romance Para asistir a una reunión de antiguos alumnos del instituto Willie Conway, un joven de 29 años, regresa a su hogar en la pequeña ciudad de Knights Ridge. Allí tendrá tiempo para reflexionar sobre su futuro, sobre la juventud que se acaba. El dilema que tiene ante sí no es fácil: ser pianista o representante de ventas. Al mismo tiempo, Willie reconsidera su relación con su novia Tracy. (FILMAFFINITY)
20 de febrero de 2008
8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Como he leído en el resto de críticas, yo también la ví en el momento de su estreno y no la he vuelto a ver. Tras las precipitaciones caídas durante todos estos años transcurridos desde su visionado hasta día de hoy –lo que ha llovido, vamos- reconozco lo justa y necesaria que es su revisión. Y más teniendo en cuenta mi situación actual de treinta y tantos.

Un puñado de vidas masculinas devenidas en particulares bulevares de sueños rotos, unas existencias que encuentran consuelo, cobijo y calor en su amistad, en sus recuerdos, en bonitas canciones que entonan a coro (emocionante “Sweet Caroline”, de Neil Diamond). Reuniones de unos amigos, cuyo centro neurálgico resulta ser, sorprendentemente, un bar. Particularmente, una escena que recuerdo bastante es la llegada de Uma Thurman al bar, ese apócrifo hogar de los protagonistas, y las expresiones de sus rostros al saludarla, destacando uno de ellos por la timidez de su saludo y su rápida bajada de ojos, revelándosenos de forma breve y certera su esquiva actitud ante las mujeres; se trata de la típica y eterna situación en que los sistemas internos masculinos sufren variopintas alteraciones de funcionamiento manifestadas en pulsiones, trabas del habla, bajadas de mirada, nerviosismo, deseo, enamoramiento, ensimismamiento, indagaciones internas y retóricas sobre la existencia, realidad o irrealidad de tal o cual preciosidad, etc.

Incuestionablemente, la subyugación voluntaria e involuntaria que la mujer ejerce sobre el portador de testosterona es patente, pues juega con excelentes y prácticamente invictos naipes: Belleza, miradas, cuerpo, voz, actitud, inteligencia, astucia, cultura, intuición, persuasión, sutileza, simpatía, elegancia, gesto, lozanía, juventud, veteranía, madurez, roce, sonrisa, perfume, andares, misterio, incomprensibilidad, cabello, labios, pies, piernas, cuello, manos, pechos, trasero, piel, timidez, osadía, indiferencia, ausencia, presencia, recuerdo, etc., etc., etc… Reconozcamos, pues, que la interacción entre ambos sexos es una partida de poker en la que el macho juega con muy paupérrimas cartas, mientras que la hembra dispone de los "escasos" elementos anteriormente mentados.

La treintena en las edades de los protagonistas tampoco se erige precisamente en bálsamo existencial, por todo lo vivido, dejado, conseguido y no conseguido. Y si, encima, una niña de 13 años de formas Natalieportmanianas te hace de pigmalión vital, como le sucede a Timothy Hutton, pues apaga y vámonos. Curiosa y platónica relación, la que mantienen estos dos personajes, sin la perversidad y la pedofilia que encerraba “LOLITA”.

Por tanto, muy bonita película, retrato del acontecer de los azarosos y procelosos periplos de un grupo de treintañeros cualquiera por este mundo.
Joan
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow