El tal '50 Cent' es un actor que deja bastante que desear, por no incurrir en lindezas mayores, pero a pesar de ostentar el protagonismo (que bueno, para mí lo son Forest Whitaker y Robert de Niro, dos estupendas actuaciones, por cierto) se le puede exculpar del disparate que es a lo que queda resumido el filme porque el guión se las apaña para cubrir el cupo de lo penoso en solitario. De eso no tiene la culpa el individuo, seamos razonables.

No obstante la película, casi en su reducida totalidad, es una desprejuiciada fuente de entretenimiento. Porque aparte de las mencionadas estrellas oscarizadas, el policía racista y el otro policía negro también nos brindan momentos de inspiración, ya sea en forma de diálogos o de puro oficio interpretativo. No resulta tediosa en ningún momento. De acuerdo, nos podemos olvidar del guión y del final.

Y que coño. porque Robert de Niro aunque algunos piensen que no, sigue siendo muy grande. Y en este tipo de papeles, que precisan de un talante amenazador o prepotente, y que lo hagan moverse en entornos clandestinos, se sale de la pantalla.