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España España · Madrid
Voto de Jab:
10
Acción. Drama En el siglo XIX, en un Japón todavía feudal, un samurái llega a un poblado, donde dos bandas de mercenarios luchan entre sí por el control del territorio. Muy pronto el recién llegado da muestras de ser un guerrero invencible, por lo que los jefes de las dos bandas intentan contratar sus servicios. (FILMAFFINITY)
28 de diciembre de 2017
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
A lo largo de la historia del cine se habían visto muy buenas películas de aventuras, de héroes y de villanos, westerns de indios y vaqueros, películas de caballeros, de guerreros... y entonces llegó el Maestro y reinventó el género en 1961 con la creación de Yojimbo, el mercenario. A partir de este momento, hubo una corriente de películas en las que el héroe ya no era perfecto e impoluto, sino un hombre solitario, andrajoso y vagabundo con una habilidad para la batalla sin igual.

Yojimbo es un western samurai, juntando lo mejor de ambos géneros, dirigida impecablemente por el Maestro. ¿Algo podía ir mal? Pues lo de siempre, ya que incomprensiblemente Akira Kurosawa siempre fue repudiado por los suyos. Haciendo un film como este, ¿cómo se explica que no tenga premios o que no fuese un bombazo en taquilla? Independientemente de si te gusta o no el género, es una película en la que el Maestro alcanzó la perfección técnica y visual. En una época en la que todo el cine era prácticamente en color, Kurosawa nos deleita con un blanco y negro perfecto, con un control de luces y sombras que quita el hipo. Actualmente con el digital, es mucho más fácil el control de luces y sombras, pero en 1961 con película ... hacer este film es una barbaridad. Ya nos tenía acostumbrados a una fotografía increíble, pero con Yojimbo lo bordó en cada plano. En esta película todo encuadre es una maravilla, sencillamente para quitarse el sombrero. La historia muy buena, Mifune, enorme, como siempre, Es una película que nunca aburre, que mantiene un punto de tensión constante y que a la vez analiza al ser humano, la especialidad del Maestro.

Como anécdota, Sergio Leone, considerado uno de los mejores directores de westerns, hizo un plagio indiscriminado de Yojimbo llamado Por un puñado de dólares, en la que Clint Eastwood encarnaba el mismo papel que Mifune. Este western no le llega ni a la suela a Yojimbo, a pesar de ser plagiado y de tener ya todo el trabajo hecho, no consigue ni la calidad técnica ni el gancho de su predecesora. Pero a pesar de todo, tuvo mucho más éxito que Yojimbo, algo que me parece incomprensible. Kurosawa llevó el plagio a los tribunales y en el juicio por plagio contra Leona ganó. Pero seguramente viendo el film de Sergio Leone, Kurosawa pensaría...¿qué le hice yo al mundo para que me repudie de esta manera?. No fue valorado hasta después de su muerte, tristemente, pero dejó un legado inigualable con películas como Yojimbo.

Toshiro Mifune encarna todo lo contrario del arquetípico samurái perfecto, recordando al gran Miyamoto Musashi. Musashi era un ronin (samurái sin amo) que odiaba la palabra samurái (el que sirve), pues él prefería la palabra bushi (guerrero, hombre de profesión militar). Musashi era un vagabundo que perfeccionó su habilidad con la espada viajando y retando a otros samuráis, hasta que llegó el punto en el que nadie podía vencerlo y dejó de matar, luchando incluso con katanas sin filo (tal era su destreza y confianza en sí mismo). Musashi se especializó en la lucha con varias armas, pero especialmente luchaba con ambas manos, con su katana y su wakizashi y se especializó en peleas con varios adversarios. Aunque su mayor virtud era la de minar a sus rivales, perfectos samuráis de costumbres rígidas que entregaban su vida al Código Bushido y a todo lo que éste significaba. La máxima de Musashi era vivir, derrotar al enemigo significaba vivir y ser derrotado morir, por eso mismo doblegaba a sus rivales desde antes del comienzo del duelo, rompiendo su mentalidad y concentración con argucias como la de llegar tarde a un duelo. Sanjuro es muy parecido, su principal baza a parte de su gran habilidad con la espada es la de vencer a los enemigos desde la psicología y esto le hace un personaje tremendamente diferente y atractivo.

Kurosawa se ríe un poco del honor en batalla de los samuráis, que refleja bien la época en la que vivían, pues ya no eran fieros guerreros que servían a un Daimyo, sino que se vendían a esta especie de yakuzas cobardes y tienen más miedo que vergüenza de morir. Tal vez por esto no cae en gracia Kurosawa en su país, pero es que es estúpido pensar que todos los samuráis eran perfectos y honorables, cuando en la sombra contrataban a los ninja para quemar castillos y ganar batallas sin perder hombres.

Sanjuro al final es un hombre que cree en la justicia y no pelea por el dinero, encarnando el bien de una manera bien anárquica y dando lecciones a todos los que le prejuzgan por ser un ronin vagabundo y andrajoso. Al final nos deja una moraleja tremenda cuando le perdona la vida a ese joven que se enrola en uno de los bandos porque le dice a su padre que mejor ser jugador que campesino y comer gachas toda la vida. "Mejor comer gachas" le dice, y el joven se va corriendo a su casa. Mejor ganarse la vida de manera honrada, que buscar el dinero fácil abusando de los débiles.

Y bueno, el montaje es tan bueno que da la sensación de que estamos mascando polvo y viendo los ridículos combates entre bandos desde la torre del pueblo. El resultado final es una película perfecta técnicamente, visualmente igual de perfecta y además, con profundidad y moraleja. El día en que se terminó de hacer la película, Kurosawa alcanzó la perfección y yo le doy las gracias al Maestro por haber compartido su don con el resto de la humanidad.
Jab
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