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España España · Málaga
Voto de Kaori:
8
Drama Billy Hayes (Brad Davis), un joven estadounidense, fue detenido en el aeropuerto de Estambul cuando se disponía a subir a un avión con varios paquetes de hachís. Acusado de uno de los delitos considerados más graves en Turquía, Billy es condenado a cuatro años de cárcel. En prisión sufrirá las atrocidades propias de un sistema penitenciario brutal e inhumano. (FILMAFFINITY)
4 de septiembre de 2011
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me resistía a ver esta película por motivos personales: la temática carcelaria no es de mis predilectas. Sin embargo, alguien muy cercano a mi insistió, e insistió, e insistió hasta que ya no me quedó más remedio que sentarme a verla. Cierto que, pese a lo que se pueda pensar, no es una película especialmente cruda o desagradable, así que al menos mi sensibilidad quedó a salvo en este sentido. Sin embargo, el directo es Alan Parker, y sólo Alan Parker podía transmitir tantísimo desasosiego sin recrearse en la crueldad.

Así, «El Expreso de medianoche» transmite un sentimiento de asfixia, tensión y dureza difícilmente igualable. Y lo consigue a través de un tono que parece una losa sobre el espectador; no es que te meta de lleno en la historia: es que te mete en la piel de William Hayes. La ambientación de la cárcel, la luz (natural, cómo no), los colores, el sudor (¿pero cómo no se va a sudar?), los otros presos, las celdas, la droga, la presencia de los guardias, ese "algo" intangible que se respira en la atmósfera y te hace sentir la desesperación y el sufrimiento del protagonista; porque el sufrimiento no consiste sólo en el maltrato físico: el sufrimiento es estar allí dentro, encarcelado en una prisión. Horrible.

Con todo, hay que rendirse a lo evidente: la película falla en el guión. Empieza bastante bien, y termina de manera magistral, pero el cuerpo de la historia, toda la estancia en la cárcel de Billy, es algo floja. Ni siquiera sabría explicar por qué; le falta, quizá, una historia de mayor interés (en realidad apenas pasa nada en ese tiempo) y posiblemente quitar algún que otro personaje. Sin embargo, cuando la película parece que no va a dar más de sí y la nota se tambalea, aparece entonces Alan Parker (y Brad Davis) con todo su poder y nos regala la mejor escena de la película y una de las mejores del cine: el enfrentamiento entre Hayes y el famoso chivato. Eso es CINE, del que ya no se hace, del que ni se imagina. No se puede describir con palabras. Sensacional.

Y no voy a entrar en esa tontería de racismo o no racismo, o de si realidad o no realidad. No se trata de Turquía o de un libro autobiográfico: se trata de la injusticia en todos los lugares y en todas las épocas, el dolor y la superación personal. Negar la verisimilitud de esta historia y de la situación que plantea es taparse los ojos ante la realidad. Vedla y no podrá dejaros indiferentes.

En definitiva: muy recomendable.
Kaori
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