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España España · Málaga
Voto de Kaori:
5
Romance. Comedia Bridget Jones (Renée Zellwegger) parece que ya es feliz: vive con el apuesto Mark Darcy (Colin Firth) y ha dejado al engreído de su ex-jefe, el mujeriego Daniel (Hugh Grant). Lo malo es que la atractiva Rebeca (Jacinda Barrett) enturbia su relación con Mark. De pronto, los celos, la inseguridad y la tentación laboral -esta última de nuevo junto a Daniel- amenazan con pisotear el sueño de Bridget en un entramado de malos consejos, ... [+]
10 de mayo de 2014
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
El otro día, alguien cercano a mi calificó de «soso» al señor Darcy. Casi le pego. Yo no diría que es soso, sino reservado, introvertido, callado. No me parecen defectos, sino más bien características que creo acertadas si su pareja es la expansiva, extrovertida y habladora Bridget Jones. Sólo un hombre como Mark Darcy puede mantener el tipo cuando su novia hace el ridículo y le pone en ridículo a él; cuando mete la pata hasta el fondo delante de tu círculo social o laboral; cuando queda como una payasa sin neuronas, o como una estúpida rematada. Darcy mantiene la cara de póquer, como si no pasara nada, y sólo cierto brillo audaz se advierte en su mirada o en la inclinación de sus labios. De verdad que durante la primera media hora por lo menos deseaba con todas mis fuerzas que Darcy dejase a la patética de Bridget, porque está peor de lo que estaba, y eso ya es mucho. Lo confirmo: la envidia me corroe.

Vuelve a aparecer el-chico-malo Daniel Cleaver, que a estas alturas no sé a qué tonta pude engañar... ah, sí, a Bridget, claro, quien llegado el momento se pensará muy mucho si caer o no en sus brazos. Lo inconcebible. De hecho, por momentos da la sensación de que está más interesada en pescar un buen marido «abogado de derechos humanos», que en Darcy por sí mismo, cosa que ya sería el colmo de los colmos. Evidentemente, no es así. Por lo demás, la historia sigue siendo simpática aunque menos refinada que la primera, e incluso de dudoso gusto, porque es discutible eso de bromear con el tráfico de drogas y las cárceles tailandesas, así como con las mujeres explotadas, que quedan reducidas a unas alborotadas con ínfulas de pijas que se preocupan más por Madonna que por sus problemas legales.

Si a Bridget le molesta que Darcy doble los calzoncillos antes de acostarse, que me lo deje a mi, que no me inquieta en absoluto. Entretenida.
Kaori
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