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Voto de Kaori:
17.615
Comedia
Falso documental sobre Leonard Zelig, el hombre camaleón que asombró a la sociedad norteamericana de la 'era del jazz'. Su historia arranca el día que miente al afirmar que ha leído Moby Dick, sólo para no sentirse excluido. Desde entonces, su necesidad de ser aceptado lo lleva a transformarse físicamente en las personas que lo rodean, convirtiéndose así en un fenómeno mediático, en una celebridad sin esencia. Testigo de algunos de los ... [+]
4 de enero de 2016
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Creatividad pura. Originalísimo. Filosofía profunda. Reflexiones, pensamientos vitales. Humor. Amor. Muerte. Es Woody Allen.
Decir que una se queda anonadada ante «Zelig» es quedarse corta. Una película documental o un documental película donde la realidad y la ficción se fusionan y entretejen para dar lugar a una creación de un indudable valor técnico pero de mayor calidad en su contenido. Ser reptil o ser humano, esa es la cuestión. Porque Allen, a quien siempre se le acusa falsamente de elitista y esnob, demuestra una vez más que es todo lo contrario. Que no pasa nada si odias «Moby Dick» y prefieres el béisbol. Que nadie te imponga, que nadie te dicte, que no te importe alzar la voz, ser diferente. Contra la proliferación del Hombre masa, Allen contrapone la individualidad del ser humano con sus emociones, gustos, opiniones, rarezas, neuras, amores, desacuerdos y complejidades. No seas un reptil echado al sol entre un grupo de reptiles iguales. Sé una persona. Atrévete a ser humano.
La idea, el mensaje, es maravilloso y junto a esta crítica a la masificación Woody Allen nos hace reír con perlas absurdas, con sentencias impagables sobre el judaísmo, los totalitarismos, los medios de comunicación, la opinión pública o la pedantería de la que las artes hacen gala («Un símbolo de... todo»). Un montaje potente, una dirección artística eficaz, una dirección precisa y una película única.
No está todo inventado; hay que saber inventarlo.
Decir que una se queda anonadada ante «Zelig» es quedarse corta. Una película documental o un documental película donde la realidad y la ficción se fusionan y entretejen para dar lugar a una creación de un indudable valor técnico pero de mayor calidad en su contenido. Ser reptil o ser humano, esa es la cuestión. Porque Allen, a quien siempre se le acusa falsamente de elitista y esnob, demuestra una vez más que es todo lo contrario. Que no pasa nada si odias «Moby Dick» y prefieres el béisbol. Que nadie te imponga, que nadie te dicte, que no te importe alzar la voz, ser diferente. Contra la proliferación del Hombre masa, Allen contrapone la individualidad del ser humano con sus emociones, gustos, opiniones, rarezas, neuras, amores, desacuerdos y complejidades. No seas un reptil echado al sol entre un grupo de reptiles iguales. Sé una persona. Atrévete a ser humano.
La idea, el mensaje, es maravilloso y junto a esta crítica a la masificación Woody Allen nos hace reír con perlas absurdas, con sentencias impagables sobre el judaísmo, los totalitarismos, los medios de comunicación, la opinión pública o la pedantería de la que las artes hacen gala («Un símbolo de... todo»). Un montaje potente, una dirección artística eficaz, una dirección precisa y una película única.
No está todo inventado; hay que saber inventarlo.
