Antoine Fuqua parece muy interesado en las fuerzas policiales y también muy encariñado con Jake Gyllenhaal, puesto que no es la primera vez que trabaja con él ni la primera que toca la temática policial. En esta ocasión, ha hecho la versión norteamericana de una película noruega de 2018. Si conoces este detalle desde el principio la película no te va a traer ninguna sorpresa.

Como yo no tenía ni idea de esto, la verdad es que el guion mantiene el interés, primero, y la intriga, después, hasta que poco a poco te vas dando cuenta de que aquí hay más de lo que suponemos. Para una película de este estilo, casi en un único acto teatral, necesitas un actor que dé la talla, así que elegir a Jake Gyllenhall, repito que uno de los mejores actores de las últimas décadas, es una apuesta segura. Este hombre puede hacer todo lo que le echen y te lo vas a creer.

Una cinta sin ninguna complejidad, barata como dicen por ahí, entretenida a pesar de todas las limitaciones aparentes y con moraleja incluida. Correcta.