Jamás entenderé al tipo de persona que actúa como uno de los protagonistas de la almodoriana "Los abrazos rotos": El magnate Ernesto Martel, que dice querer mucho a Magdalena (Penélope Cruz) pero es capaz de lanzarla escaleras abajo porque la ama demasiado ??¿¿??¿¿
¿A quién ama realmente Ernesto Martel? Está claro que a sí mismo, porque si amara a Magdalena lo más mínimo la soltaría y la dejaría ser feliz junto a Mateo Blanco (Lluis Homar).
Al principio de la película, Mateo cuenta una preciosa historia sobre un hecho real de la vida del escritor Arthur Miller (casado en primeras nupcias con Marilyn Monroe). En noviembre de 1966, cuando Miller estaba casado con su tercera esposa Inge Morath, nació su hijo Daniel con síndrome de Down. El escritor abandonó a Daniel con cuatro años, al no asumir su deficiencia.
Sin embargo en el año 1995, participando paradójicamente Miller en un acto en defensa de un disminuido psíquico, su hijo estaba entre el público y al finalizar el evento, Daniel se acercó muy emocionado y le abrazó añadiendo que estaba muy orgulloso de tenerle como padre.
Este es el tipo de amor en el que creo, un amor que no manipula, ni victimiza, ni exige, que no culpa a nadie, basado en el puro agradecimiento y la entrega. Y ese es el tipo de persona a la que más admiro, la que logra establecerse en ese sentimiento. Porque si, por contra, comenzamos a buscar culpables y poner nombres a los que "arruinaron" nuestra vida, siempre andaremos enredados en odios y resentimientos, como el personaje encarnado por Ernesto-hijo, que en mi opinión representa a este tipo de defecto humano, tan extendido por otra parte.