Pésima secuela dirigida por Michael Pressman del film de 1990. Se notó el poco tiempo que se dedicó a la película, tan solo un año desde la primera y claro esta, que no cosechó el mismo éxito que su predecesora. El film tiene sus momentos pero también tiene más momentos pesados y aburridos aunque tenga más chistes e intente ser graciosa. Si la anterior pélicula ya era infantil pero se dejaba ver, esta ya lo es el doble, es entretenida a medias y solo hasta cierto punto, lo demás es de relleno con situaciones muy parecidas a las que ya vimos en la anterior película. La historia es menos original y aqui el villano Shredder parece más idiota de lo habitual, cosa que en la primera no lo era, por lo menos tanto. En fin, una película que se disipa en nuestro recuerdo de la infancia y que poco a poco se va alejándose de la memoria.