Estamos ante una cinta que no es de Disney, pero es una apuesta realmente llamativa en lo visual. La historia es bastante parecida a la de Disney, pero nos enseñan algo que posiblemente no habríamos imaginado. No obstante, muy a mi pesar, aunque tenga una historia bastante buena, no es llevada correctamente y avanza torpemente, metiendo con calzador un tono humorístico que no tiene sentido, y tiene un Eduardo Noriega bastante desaprovechado.
Aún así, la película tiene encanto a la hora de enseñar sin miedo una fotografía elegante, colorida (a ratos oscura) y alegre, y el diseño de la Bestia está muy bien hecha. Lamentablemente, los intérpretes que en ella se encuentran no le echan demasiadas ganas.
Aunque avance a trompicones, es una historia interesante de ver. Y es bien seguro que los más pequeños de la casa la disfrutarán.