Tras ver primero “Océanos”, me decidí a ponerme delante del anterior trabajo de sus realizadores. No me sentí defraudado. Se trata de un buen metraje en el que compartiremos viajes y aventuras con toda clase de aves volando, literalmente, a su lado. El documental está rodado con gran acierto por todo el planeta, de polo a polo, y conoceremos selvas, océanos, desiertos, continentes helados… Como en su sucesor, la narrativa es breve, apenas unos apuntes que nos permiten dedicarnos completamente a la observación. Es una visión de la naturaleza de gran belleza, original en su concepto e ideal para una tarde tranquila de sofá.