Vista en el cine en su momento, con pantalla grande y el sonido a toda pastillla machacando tus tímpanos puede dar algún que otro susto, pero a la hora de verla en el televisor de tu casa la película pierde muchísimo y se empequeñece hasta tal punto que dista mucho de provocar terror o miedo y se acerca mas al género de "drama social" (madre desesperada busca a su hijo), con algunos retoques "paranormales" y un final inaudito a lo Walt Disney.

Ojo, la película no es mala, lo que mas la ha lastrado y provocado críticas tan desfavorables es la desmesurada campaña de marketing y los cacareros un tanto desatinados de vendedores de humo profesionales proclamando a los cuatro vientos estupideces fuera de la realidad. Ni la película era tan buena como éstos decían, ni es tan mala como parece ser a la luz de sus desafueros, simplemente se trata de una película del montón con una digna (pero no extraordinaria) interpretación de Belén Rueda, algún que otro acierto, como la fotografía, alguna que otra pifia (hay que insistir en lo del boca a boca a una persona sin boca), y poco mas que reseñar.

Por eso es altamente recomendable ver las películas con la mente libre de todo prejuicio o pre-condicionamiento provocado por campañas publicitarias y vendedores de humo profesionales, de lo contrario es difícil valorar objetivamente cualquier tipo de obra.