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Voto de Anibal Ricci:
8
Drama Georges y Anne, dos ancianos de ochenta años, son profesores de música clásica jubilados que viven en París. Su hija, que también se dedica a la música, vive en Londres con su marido. Cuando, un día, Anne sufre un infarto que le paraliza un costado, el amor que ha unido a la pareja durante tantos años se verá puesto a prueba. (FILMAFFINITY)
22 de mayo de 2013
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
De "Amour" puedo decir que lo sobreviví gracias a un par de guiños que alivian la pesadísima carga de la historia central. Cuando Anne recupera parte de su libertad perdida al manejar por primera vez su silla eléctrica. Y el otro momento, lúdico en cierta forma, viene luego de que Anne se acaba de orinar involuntariamente en la cama. En cuanto Georges la sienta en la silla, ella comienza una loca carrera por los cuartos y corredores del departamento en un tiro de cámara igual al del niño en "The Shining" (Stanley Kubrick) que huye aterrorizado por los pasillos del hotel: ahí comienza el verdadero horreur de esta cinta de Michael Haneke.

Parte por el final y oliendo mal literalmente, para que nadie se llame a engaño o espere lo que no es.

El director busca magistralmente el punto de vista subjetivo de cada uno de los espectadores al enfrentarnos a ese auditorio de teatro que se admira del arte de un pianista, una mirada a nuestra profunda humanidad plagada de grandezas y pequeñeces, otra manera de decirnos que la vida que nos expondrá en la pantalla también se trata de una obra de arte. Luego la película no decae en su honestidad, a través de la cámara fija, mostrándonos sin tapujos los ingredientes de una historia que en el fondo es bastante simple. Magistral la ausencia de sentimentalismos y sobre explicaciones moralistas o intelectuales.

Se trata de una crónica minuciosa de la demolición irrevocable de un ser humano.

En alguna parte se concentra la imagen en una paloma. Un simbolismo que parece sobrar dentro de una cinta que no necesitaba ningún puntal: con una buena patada (a la paloma) bastaba y sobraba, no tenía que aparecer de nuevo, y quizá hubiera acercado a Haneke al cine del polaco Krzysztof Kieslowski, que aunque católico de tomo y lomo, lograba dotar a sus películas de una humanidad que muchas veces rozaba la brutalidad y la desesperanza.

Indudablemente se trata de una película muy bien resuelta que ha arrasado con los premios: Oscar a la mejor película extranjera, al mejor guión y a la mejor actriz, Palma de Oro en Cannes, entre otros.

Por cierto, está el potente tema de "morir con dignidad" y la eutanasia, tópicos que preferimos eludir crónicamente aunque lo más probable es que debamos enfrentarlos algún día.
Anibal Ricci
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