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Voto de Cinéfilo de mierda:
9
Serie de TV. Thriller Serie de TV (2017-2019). 2 temporadas. 19 episodios. Año 1977. Dos agentes del FBI (Jonathan Groff y Holt McCallany) revolucionan las técnicas de investigación para encontrar las respuestas a cómo atrapar a asesinos en serie y mentes psicópatas. Adaptación del libro "Mind Hunter: Inside FBI’s Elite Serial Crime Unit", escrito por Mark Olshaker y John E. Douglas. (FILMAFFINITY)
16 de julio de 2018
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dicen que David Fincher alterna una peli buena con una mala. Esto es verdad a medias, pprque no he visto nada de este hombre que se pueda catalogar como “malo”; pero sí es cierto que tras una burrada suele plantarnos una obra que puede NO convencernos con tanta intensidad. Lo último que hizo fue “Perdida” y, aunque no la he comentado por aquí, me parece una burrada loquísima y voy muy a tope con ella. Después participó en la serie que nos ocupa, “Mindhunter”, y pese a no figurar como creador absoluto de ella, podemos afirmar una cosa: su extraña leyenda urbana se ha roto.
“Mindhunter” es una original de Netflix, creada por Joe Penhall. A priori, puede parecer la clásica historia de asesinatos y detectives, protagonizada por una pareja de agentes del FBI; pero rápidamente comprobaremos que no es ese el rollo, y que la propuesta es infinitamente más sesuda y rebuscada de lo que puede parecer a simple vista. No voy a fingir que la he entendido completamente, porque no es el caso, pero la serie parece querer preguntarse “¿dónde nace el mal?”, y dedica sus primeros capítulos a cuestionarlo. Poco a poco va diluyendo sus fronteras, y sus respuestas van generando más cuestiones y afectando a sus personajes. Es un acercamiento teórico y psicológico al crimen, que rehuye del clásico rifi-rafe entre la policía y el asesino: muchas veces se sabe explícitamente quién es, y el conflicto está en lograr incriminarle.
Para sustentar una historia así, hacen falta unos personajazos que flipas, y “Mindhunter” los tiene. Solo los protagonistas están construidos con un buen gusto inimitable, y son llevados por terrenos muy complejos a través de unos diálogos sutiles, pero satisfactorios, y un plantel de secundarios que aporta la chispa de carisma que pueden faltarle a los personajes principales. Y todo esto, los creadores lo consiguen sin momentos efectistas, sin derroches interpretativos ni tensiones artificiales. Estos personajes no discuten acaloradamente, no lloran, no van por la vida soltando frases lapidarias ni hacen gala de un comportamiento histriónico: todas sus emociones son reales y consecuentes, tienen sentido y garantizan un nivel de verosimilitud que no he visto en mucho tiempo.
Por otro lado, aunque la historia de un estudio sobre mentes criminales pueda parecerme interesante, no puedo decir que sea CINEMATOGRÁFICA. “Mindhunter” tenía todas las papeletas para ser un truñaco de campeonato, la máxima expresión de lo anestésico. Sin embargo, ocurre todo lo contrario y nos entrega una de las series más amenas que he visto, y creedme: podemos darle las gracias al señor Fincher. Su puesta en escena sobria y perfeccionista hasta el extremo resulta un deleite visual que servirá de broche de oro a un maravilloso guion. Todo aparenta estar pensado al milímetro, desde la posición de los actores hasta el más mínimo movimiento de cámara, y nos evoca a aquel Fincher de “Zodiac” y “Perdida”. Sí, lo sé, no es el único director de la temporada; pero no me cabe duda de que es el que establece sus bases, y de que su opinión y su estilo ha sido fundamental para el conjunto. “Mindhunter” nos recuerda que es una buena dirección, y nos deleita con secuencias como aquel montaje videoclipero del segundo capítulo, aquella que se desarrolla a oscuras o su espléndido y anticlimático desenlace.
Intrigante, inteligente, elegante, reflexiva, original, cautivadora… son muchos -y muy buenos- los adjetivos que pueden definir “Mindhunter”, una obra obligatoria para todo aquel que quiera alejarse del mundanal ruido de la ficción policial. Pero si tuviera que quedarme con una única palabra, esa sería MADURA. Porque tiene claro lo que busca, lo que quiere y lo que es; y no siente reparo en sacrificar público a costa de su arriesgado punto de vista. Sirva de advertencia: esta serie NO es para todo el mundo… pero si te interesa lo que lees, lánzate. Tengo seguro que la disfrutarás.
Cinéfilo de mierda
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