Sé que posteriormente firmó el guion de "Sleepy Hollow" y alguna otra (aparecen tres más en la Biblia-Wikipedia) perdida en el olvido; y parece también que no nos podemos refocilar con el siempre estimulante y tranquilizador final trágico (no le sitúan ni entre los muertos ni entre los desaparecidos) o el más morboso y entretenido asunto de los recurrentes "juguetes rotos". Todo apunta, por lo tanto, a otra vida gris y rutinaria más, sin ningún añadido romántico o grotesco que eleve al personaje. Lo curioso e interesante es que en su día (allá por la década de los noventa) escribió dos guiones llamativos e inteligentes: el del ya clásico "Seven" y el de la menos famosa y más cutre "Asesinato en 8mm.". Dos thrillers que, aún manteniendo todos los tópicos (detectives, crímenes, asesinos terribles, parejas amantes y sufrientes, morbo, investigación...), se apartan de lo convencional y adocenado, del Hollywood más aburrido y sin personalidad. Son historias más densas, oscuras e "intelectuales" de lo habitual; intentan ir más allá, incluso se aventuran a cuestionar ciertas verdades sagradas del género, a negar en cierto modo su herencia o pertenencia de clase.
En este caso tenemos al ya mítico Cage (extremo actor de tanta presencia y limitaciones, tan exagerado y con una filmografía tan bizarra que es un género en sí mismo, las películas-Cage no se parecen a nada, forman parte de una unidad de estilo e intenciones, son pobres excusas para el desarrollo expresivo de Nicolas, una especie de religión con sus adoradores y los inevitables y envidiosos enemigos) como detective mediocre (se hace clara y sorprendente alusión a su poco nivel profesional), con su obligada pareja (un policía sin mujer que esté todo el día quejándose es absolutamente inconcebible, antes lloverán ranas del cielo que presenciar semejante herejía), que se ve envuelto en una sobrecogedora trama de "snuff movies", ricachones sin escrúpulos y submundo criminal. Es el típico proceso de descubrimiento; el doloroso paso de la inocencia y la ignorancia al conocimiento de la espantosa verdad; pasa de su "idílica paz familiar" y sus timoratos casos sin riesgo a lo más atroz y pavoroso; conoce otra realidad que convive diariamente con la suya sin que él sea consciente, se da cuenta de que hay otros mundos posibles más allá de sus aburridas narices. El origen es la desaparición de una desnortada adolescente; buscaba la luz californiana ("Como plaga de langostas") y se encuentra con las tinieblas de la civilización; un estercolero gótico, de serie b, caricaturesco en su maldad hinchada y de tebeo, con villanos de tercera y altercados cochambrosos.
La premisa es interesante y el desarrollo mantiene la tensión y el interés, el único problema es que en la parte final se delata como lo que realmente es: una humilde película hecha por un director muy irregular y dado al efectismo, al que le cuesta mantener el pulso y la seriedad, que tiene tendencia al disparate y la falta de coherencia, con claras dificultades para elevar el vuelo y lograr una película rotunda y poderosa.