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Voto de Ferdydurke:
3
6,3
88.158
Comedia. Fantástico
Josh Baskin tiene trece años pero, cansado de que las chicas no le hagan caso y de que sus padres le traten como a un niño, desea ser mayor. Una noche, encuentra, en una feria, una vieja máquina que concede un deseo a cambio de una moneda. Josh, sin dudarlo un instante, pide hacerse mayor. A la mañana siguiente, descubre en el espejo un cuerpo de adulto. La otra cara de la moneda serán los problemas y responsabilidades que debe asumir ... [+]
1 de abril de 2024
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Saca el niño que hay o llevas dentro de ti que diría Pedro Ruiz, Millán Salcedo: me lo comí.
La primera media hora es magnífica, minucias, golosinas, e inteligente, llena de pequeños estupendos adjetivos carantoñas añadidos atractivos chiribitas, detallismo, el sentido de la maravilla. Después naufraga afloja la mosca porque confunde la niñez con el retraso mental severo o con los australopithecus los pobres, el buen salvaje, Cocodrilo Dundee, no entienden nada, se pasan de frenada además de que intentan empaquetar/encorsetar/embutir la historia (hasta ese momento un tanto juguetona y hasta cierto punto libertaria) en la eterna fórmula (chico conoce chica, no, sí, te mentí, no, sí... ) con el previsible final o ansí, es decir, idiota, vuelta al trigo la burra, aunque con alguna elegancia.
Proceso de datos, expertos, enterados, (comité de) sabios, estudios de mercado, cuestiona la teoría (la que vende y reparte la ideología en boga, la que el poder paga a teja -lo que- toca), a los entendidos que no saben ni entienden nada, ni la o con un canuto, los que se lo llevan crudo sin tener ni puta idea, los consejeros, los mamadores o feladores, los que venden la moto averiada, esos sinvergüenzas, esos tan de moda en todas las cosas que nos asolan noche y día, a tumba abierta.
Y es valiente en unos cuantos aspectos, por ejemplo en/con ella, que no se cortan, una sexual desaforada trepa arribista a lo que salga que se mueve todo lo que se tira, que con todo el que apunta maneras se acuesta o (se lo) folla, ni títere con cabeza o polla perdona. El apartamento. Recuerdos del futuro. Minority Report. Lo mismo que la colega, Los búfalos de Durham, la conocida o llamada jefa del comité de bienvenida ahí es nada que al que aparece nuevo se lo calza o merienda sin miedo ni medida, ahí queda, vaya par (de hembras, el sexo para todo), qué pena.
Y es una tragedia, un cuento ominoso, pervertido, perturbador, Emma Stone, de aquí copió el gran Langostino ese, rebuscó, redobló, plagió, terrorífico, de miedo, el horror, nos habla de los millones de niños que desaparecen (la tierra se los traga y no pasa nada, circulen, sigan, no miren, no pregunten) cada año en todo el mundo, Jim Caviezel, de ese tema que no cuenta o no se habla o no existe, mejor debatir, perder el tiempo y la vida, legislar, sobre las veintemil especies de abejas e ir al campo a ver amapolas, tápalo, trampantojo, tabú. Asesinato en 8 mm. De la infancia perdida (robada). El país de nunca jamás El guardián entre el centeno. La isla Lolita, ya sabrán de lo que hablamos, En realidad nunca estuviste aquí. La de Cronenberg, Maps to the stars. Hardcore, un mundo oculto. Mystic River.
La primera media hora es magnífica, minucias, golosinas, e inteligente, llena de pequeños estupendos adjetivos carantoñas añadidos atractivos chiribitas, detallismo, el sentido de la maravilla. Después naufraga afloja la mosca porque confunde la niñez con el retraso mental severo o con los australopithecus los pobres, el buen salvaje, Cocodrilo Dundee, no entienden nada, se pasan de frenada además de que intentan empaquetar/encorsetar/embutir la historia (hasta ese momento un tanto juguetona y hasta cierto punto libertaria) en la eterna fórmula (chico conoce chica, no, sí, te mentí, no, sí... ) con el previsible final o ansí, es decir, idiota, vuelta al trigo la burra, aunque con alguna elegancia.
Proceso de datos, expertos, enterados, (comité de) sabios, estudios de mercado, cuestiona la teoría (la que vende y reparte la ideología en boga, la que el poder paga a teja -lo que- toca), a los entendidos que no saben ni entienden nada, ni la o con un canuto, los que se lo llevan crudo sin tener ni puta idea, los consejeros, los mamadores o feladores, los que venden la moto averiada, esos sinvergüenzas, esos tan de moda en todas las cosas que nos asolan noche y día, a tumba abierta.
Y es valiente en unos cuantos aspectos, por ejemplo en/con ella, que no se cortan, una sexual desaforada trepa arribista a lo que salga que se mueve todo lo que se tira, que con todo el que apunta maneras se acuesta o (se lo) folla, ni títere con cabeza o polla perdona. El apartamento. Recuerdos del futuro. Minority Report. Lo mismo que la colega, Los búfalos de Durham, la conocida o llamada jefa del comité de bienvenida ahí es nada que al que aparece nuevo se lo calza o merienda sin miedo ni medida, ahí queda, vaya par (de hembras, el sexo para todo), qué pena.
Y es una tragedia, un cuento ominoso, pervertido, perturbador, Emma Stone, de aquí copió el gran Langostino ese, rebuscó, redobló, plagió, terrorífico, de miedo, el horror, nos habla de los millones de niños que desaparecen (la tierra se los traga y no pasa nada, circulen, sigan, no miren, no pregunten) cada año en todo el mundo, Jim Caviezel, de ese tema que no cuenta o no se habla o no existe, mejor debatir, perder el tiempo y la vida, legislar, sobre las veintemil especies de abejas e ir al campo a ver amapolas, tápalo, trampantojo, tabú. Asesinato en 8 mm. De la infancia perdida (robada). El país de nunca jamás El guardián entre el centeno. La isla Lolita, ya sabrán de lo que hablamos, En realidad nunca estuviste aquí. La de Cronenberg, Maps to the stars. Hardcore, un mundo oculto. Mystic River.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Es, por tanto, una fábula pedófila que rima. Que se diviertan, les dice o comenta el del motel (de Norman Bates por lo menos) a un hombre adulto y a un niño (medio chiste bárbaro, brutal), sea, a Tom Hanks y al pequeñajo amigo. Esa broma ¡absurda? es inquietante y bestial (además, perpetrada en una comedia infantil, años ochenta, más madera, Solo en casa, hoy día ni en una película porno se atreverían a tanto ni locos, lo mismo que no sacarían a una protagonista como esa tan, en esos términos, zorra, la moral de antes y la moral de ahora, la libertad de expresión de la sociedad de antaño, el progreso, el retraso, el retonno, de hogaño, ya dijimos).
Bueno, pues decimos que porfía, que ripia o poetiza, las flores del mal, cuando al final se despiden los dos y ella le da un beso en la frente y ve cómo vuelve a su edad original preadolescente, resulta evidente, aunque no se diga, que se da cuenta, entiende o reconoce el estupro delito cometido, de la infamia o canallada que ha realizado, del abuso de un inocente infante, lo cual pega o casa con la broma macabra del motelero (ese motel en el que, para más inri y saña, picadero, abrevadero, se cobran las sábanas aparte por si las moscas) a través de la que se aludía a la pederastia homosexual, hombre niño, versus la heterosexual, mujer niño, en este caso último cronológico, terrible, perverso, espantoso, el cine de antes, el cine de ahora, nosotros sí que hemos ido empequeñeciendo, Little, sí que hemos ido perdiendo estatura y años con el paso del tiempo, cada vez (un poco) menos, Benjamim Button, Cariño, he encogido a los niños, la de Damon, Una vida a lo grande, Liliput, Camino, David el Gnomo, cada día más enanos y escurridos y cagados de miedo, pulgas, eso.
¿Denuncia? ¿Celebración? ¿Crítica? ¿Aplauso? ¿Albricias? ¿Indiferencia?
Esa musiquita de violines y pianito que percute horada machacona el alma.
Ella es Mary Louise Parker (con guion y sin guion), atractiva y pecadora sin ser realmente guapa.
Forrest Gump antes de tiempo, a más lerdo, mejor te va, el sueño americano, la regla (final) del juego.
Bueno, pues decimos que porfía, que ripia o poetiza, las flores del mal, cuando al final se despiden los dos y ella le da un beso en la frente y ve cómo vuelve a su edad original preadolescente, resulta evidente, aunque no se diga, que se da cuenta, entiende o reconoce el estupro delito cometido, de la infamia o canallada que ha realizado, del abuso de un inocente infante, lo cual pega o casa con la broma macabra del motelero (ese motel en el que, para más inri y saña, picadero, abrevadero, se cobran las sábanas aparte por si las moscas) a través de la que se aludía a la pederastia homosexual, hombre niño, versus la heterosexual, mujer niño, en este caso último cronológico, terrible, perverso, espantoso, el cine de antes, el cine de ahora, nosotros sí que hemos ido empequeñeciendo, Little, sí que hemos ido perdiendo estatura y años con el paso del tiempo, cada vez (un poco) menos, Benjamim Button, Cariño, he encogido a los niños, la de Damon, Una vida a lo grande, Liliput, Camino, David el Gnomo, cada día más enanos y escurridos y cagados de miedo, pulgas, eso.
¿Denuncia? ¿Celebración? ¿Crítica? ¿Aplauso? ¿Albricias? ¿Indiferencia?
Esa musiquita de violines y pianito que percute horada machacona el alma.
Ella es Mary Louise Parker (con guion y sin guion), atractiva y pecadora sin ser realmente guapa.
Forrest Gump antes de tiempo, a más lerdo, mejor te va, el sueño americano, la regla (final) del juego.