Muy interesante documental porque se sale del carril acostumbrado o previsto tan ideologizado demoníaco obsesivo ridículo y se fija, en cambio, a dios gracias, en las causas económicas del horrísono tinglado.
¿Cómo conseguir pasta plata cuando estás arruinado completamente y te tienen acogotado, cogido por los huevos, a través del famoso tratado de Versalles?
- Crean los bonos Mefo, espejismo, pantalla, moneda fantasma, creación de dinero de la nada, deuda, préstamo/inyección de capital a los gerifaltes alemanes para que empiecen a reanimar la industria, especialmente la militar, con la promesa o esperanza de poner orden en el futuro, cuando la cosa mejore y con el claro intento de engañar o superar las restricciones impuestas tras la primera gran guerra.
- Autarquía. Economía autosuficiente o de circuito cerrado. Frenar las importaciones.
- Control económico. Asegurar o provocar que la gente gaste lo menos posible, que el dinero no se mueva demasiado, que ahorren para que la inflación, como les pasó hace pocos años, no se dispare y todo se vaya al garete.
- Suma y sigue, huida hacia delante. Callejón sin salida, se ahogan en su propia trampa al solitario, no se puede seguir así mucho más tiempo, deciden odiar el capital financiero, el libre comercio, el intercambio de bienes, el negocio, eso es sucio y asqueroso, mejor, dónde va a parar, mucho más sano y honrado es expoliarlo, quitárselo a los sucios judíos de las manos que lo han acumulado, tienen u obtuvieron, tanto dinero, sin hacer nada y no lo merecen, es nuestro, ellos son moralmente despreciables y nosotros solo redistribuimos la riqueza, equilibramos la balanza de la justicia, ponemos en su sitio a los que chupan, los culpan de todos sus males, o se aprovechan, parásitos, de lo que el esfuerzo alemán produce con el sudor de su frente, con el trabajo honrado y no especulativo, a los judíos, es decir, casualmente eligen odiar a los que tienen la pasta, a los más ricos, a los banqueros, para así igual de casualmente quitárselo todo, puestos a odiar, mejor al que tiene lo que tú necesitas o al que le debes hasta el alma la vida, lógicamente, dos pájaros de un tiro.
- Guerra. Hay que expandir la economía a la fuerza, darle salida, sea, robar todo lo que se pueda a los países de alrededor, dinero, materias primas, oro, arte, mano de obra, el saqueo como mejor modo de activar/sanear la/tu economía.
- Distingos y aprovechamiento. Deciden que los eslavos, otro pueblo inferior, todos en mayor o menor medida lo son, debe ser destinado a mano de obra, motivo por el que los trasladan desde los países conquistados a las fábricas alemanas que se habían quedado casi vacías ya que la mayoría de sus trabajadores estaban en la guerra para que allí mantengan la producción armamentística activa, lista. Los judíos, por otra parte, una vez saqueados, ya no sirven para nada y además consumen muchas calorías, hay que eliminarlos por pasiva o por activa, cuestión de números.
- Acuerdo con Stalin al principio de la guerra para conseguir de esa manera apoyo material militar, económico y alimenticio. Hasta que inevitablemente se dan cuenta de que necesitan ese granero inmenso, tanta tierra rica para ellos, expansionismo y adiós pacto o acuerdo.
- Nutricionistas. Calculan y estudian al dedillo cada gramo, lo tasan y pesan, que debe consumir un ser humano tipo o medio para poder trabajar y obran en consecuencia, quitan y ponen en ese sentido, racanean hasta el límite, el hombre tratado como ganado, y peor si acaso.
- Matan de hambre a los pueblos conquistados para evitar así gastos innecesarios y para eliminar estorbos o molestias, gente que no aporta, mejor que muera, hambruna planificada, como Stalin hizo en Ucrania unos pocos años antes, eso trataban de hacer, sobre todo, en Rusia.
- Empiezan a perder la guerra y los gerifaltes alemanes industriales deciden "desviar" parte de su producción o recursos, disimuladamente, a Suecia o Suiza con visos futuros, para después de la contienda seguir en la brega.
- Balas u hortalizas. Speer, el gran arquitecto, decide eliminar la producción de fertilizantes para las cosechas y dedicar todos los esfuerzos, ya a estas alturas inútiles, para la guerra (perdida), para la creación de más armamento.
- Bajo tierra. Los últimos judíos y algunos esclavos de otras razas o procedencias son mandados a trabajar en la construcción de bombas, torpedos, cohetes o misiles en las profundidades de la tierra cuando ya no hay ninguna esperanza de victoria, símbolo absurdo de la clamorosa derrota y el gigantesco fracaso, erre que erre.
Göring, Goebbeles, economistas, ingenieros, políticos, militares, empresarios, (casi) todo el pueblo alemán a una, heil, Hitler, ya que en pocos años pasaron de ser el culo del mundo, humillados y ofendidos, a una superpotencia militar gracias al Nazismo, claro, se entiende esa pasión unánime, el único problema es el precio astronómico e imposible de pagar, la destrucción tuya y de todos los de alrededor, la barbarie y el horror.
Lo dicho, esta visión no es la popular y abracadabante, la más querida por todo pichi, la pulp pop o tan chusca gótico siniestra, la de la tele y el tebeo o el periódico, la del cine gringo y toda su publicidad y propaganda y aparataje para las vestiduras rasgarse y mucho más emocionarse dando golpes de pecho de gorila domesticado, la llorera, esta es mucho más certera y aburrida y no tan espectacular y sencilla, es decir, para nadie y para todos, para ti mismo, amigo.