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Rusia Rusia · Stalingrado
Voto de Ferdydurke:
5
Drama "No desearás a la mujer de tu prójimo": La vida de Roman, un joven médico, se derrumba cuando descubre que es impotente... Noveno de los diez mediometrajes realizados para la televisión entre el director Krzysztof Kieslowski y el guionista Krzysztof Piesiewicz, denominados genéricamente "Decálogo", e inspirados cada uno en uno de los Diez Mandamientos. (FILMAFFINITY)
18 de noviembre de 2021
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
No es eso, también es eso o es solo eso, sexo, efímero jadeo, la pareja, el amor, todo, el mundo entero, ese eterno forcejeo, a contrapelo. Poco más o menos. Veremos.
Esta es la más burda y gruesa hasta incluso ridícula de toda la serie, la más forzada tanto en su premisa como en su posterior desarrollo o en su chusco cierre, parece un chiste obsceno de un humorista macarra, vulgar a poco que lo forcemos, está a un paso de caer en un barranco repleto de ordinariez y zafiedad, a duras penas nos contenemos la risa con las pavoroso cómicas cuitas del ciclista impotente el pobre y no porque nos haga disfrutar la desgracia ajena, váyanse a la verga, maldita la gracia semejante tragedia venérea, faltaría más, claro que no, quiénes somos nosotros para portarnos tan mal, con tan escasa sensibilidad, sino por cómo está representado o contado el coso o asunto amatorio tan penoso, muy a la ligera y a la carrera, de forma un tanto grotesca. Y les perdonamos la vida porque en realidad es la misma historia o mirada de siempre, variaciones sobre el mismo tema, la vida te encierra y ciega, te mete en un agujero oscuro, como a un topo, en un callejón sin salida y todo se convierte en un jodido y tortuoso galimatías o lío, suma nefanda de malentendidos, tropiezos, tristezas, dolor, infamia, confusión y casualidades causales terribles, como si el universo de repente, tras una rápida y superficial deliberación, se hubiera conjurado contra ti a mala idea, perezosa y cruelmente, para divertirse un rato a tu costa y a tus espaldas, con tu constante sufrimiento, con tus espasmos y contorsiones, te conviertes ipso facto en el hazmerreír de los dioses, un bobo pasatiempo, en su putita barata o averiado juguete, en un desnortado estrambote, te retuerces, reptas, pides sopitas, ayuda, gritas socorro y no hay nadie al otro lado del aparato, solo silencio, escarnio, abandono, necedad, desafuero, descalzaperros, una mueca sórdido siniestra que se mofa en tus morros. Pues eso.
Igualmente floja es la otra historia paralela o más pequeña, al vuelo, de la cantante de ópera con el corazón roto y escindida entre la nada plena y la gloria vacua, entre ella y su madre, cantar o vivir, operación espantosa mediante, que nos deleita con la música de ese genio holandés de antaño tan minusvalorado y ya completa e injustamente olvidado, cómo no, por el ignorante gran público, un maestro vetusto y egregio al que echamos, pasados los siglos, tanto de menos, un hurra por su emocionado recuerdo, por tan alto ejemplo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Ferdydurke
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