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Voto de Ferdydurke:
7
![](https://filmaffinity.com/images/myratings/7.png)
7,0
4.225
Comedia. Drama. Romance
Nápoles, Segunda Guerra Mundial (1939-1945). Filomena Marturano, una bella joven que está sola en el mundo, trabaja en un prostíbulo, pues no encuentra otra manera de ganarse la vida. Allí es donde conoce a Domenico Soriano, más conocido como Don Mimi, un acomodado burgués que la retira de la profesión y la lleva a vivir a su casa. (FILMAFFINITY)
15 de febrero de 2022
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Recuerda. Con la moral muy alta.
Ellos dos son increíbles, muchísimo, ella sobre todo en este caso, qué ojos-cuerpo-carácter-fuerza-sensibilidad e inteligencia, los secundarios ni hablar, ese par de criados tan leales, Rosalía y el otro, el eterno pretendiente, los interiores y los exteriores son fabulosos, casas llenas viejas de grietas, el Vesubio, los descampados, la guerra, las bombas como contexto, Il Duce, el mundo se derrumba y nosotros nos enamoramos, Stromboli, la historia más o menos, con sus altos y sus bajos, pero me gana por goleada, como los quiero a los italianos, los amo, ese humor socarrón y dulce y agrio, esa infinita retranca, esa cariñosa sordidez que tanto todo lo baila resalta, la vida vivida a cuchillo y terciopelo, que explota, entre Pinto y Valdemoro, escombros y polvos, un amor más allá del tiempo, resucitado de entre los muertos, vértigo, de hecho.
Ellos dos son increíbles, muchísimo, ella sobre todo en este caso, qué ojos-cuerpo-carácter-fuerza-sensibilidad e inteligencia, los secundarios ni hablar, ese par de criados tan leales, Rosalía y el otro, el eterno pretendiente, los interiores y los exteriores son fabulosos, casas llenas viejas de grietas, el Vesubio, los descampados, la guerra, las bombas como contexto, Il Duce, el mundo se derrumba y nosotros nos enamoramos, Stromboli, la historia más o menos, con sus altos y sus bajos, pero me gana por goleada, como los quiero a los italianos, los amo, ese humor socarrón y dulce y agrio, esa infinita retranca, esa cariñosa sordidez que tanto todo lo baila resalta, la vida vivida a cuchillo y terciopelo, que explota, entre Pinto y Valdemoro, escombros y polvos, un amor más allá del tiempo, resucitado de entre los muertos, vértigo, de hecho.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Cómo crece la película en la secuencia del falso matrimonio y todo lo que la rodea, lo que la precede y continúa, rigor mortis, Plácido, no por previsible menos grandiosa, que me muero y ya no lo cuento.
Al final delira con tanto niño bonito, pero ni siquiera o sin embargo, a pesar de todo, te quiero, no hacen ni la concesión de decirnos cual es el agraciado genéticamente, a quién le ha tocado el no tan gordo, podría ser ninguno, también todos, cualquiera, qué nos importa, el caso es que sin ella, él no vale nada, vaca sin cencerro, un pisaverde de tercera, Marcello, el mejor, con mucha diferencia sobre el resto, actor de la historia, mucho más allá de esa categoría simplona, no le hace justicia, se queda corta, elegante, patético siempre a la vez, al mismo tiempo, la tierra y el cielo, el hombre perfecto, por el suelo como una sabandija y a la vez el más elevado de todos, qué jeta percha pelo, la versión buena de Antonio Banderas, qué cachondeo, qué tragedia tan guasona representa eternamente, prestancia y clase, qué risa verle.
Y Vittorio junto a Berlanga, los mejores directores. Y Nápoles, gol con la mano de Maradona. Los argentinos, esa mezcla rara de italianos y españoles y nativos y centroeuropeos judíos, amalgama, junta cada vez cadáveres.
En fin, que me nubla el juicio, ese es mi atenuante, esta película. Yo también lloro.
Él es un desgraciado y un miserable, lo peor de cada casa, pero en el fondo del fondo, la mar de majo bueno, claro. Ella es una burra y una analfabeta, bruta y testaruda, a la fuerza puta, la más moral, para variar, del mundo, la más honesta y clara respecto a sus necesidades y deseos. Aquí ni siquiera caen en la tentación de las víctimas y los verdugos, esa bajeza. Los quieren demasiado a los personajes como para hacerles esa faena, tan de menos, ultrajarles tanto, para perpetrarles esa ignominia.
Quizás sobren algunos planos chungos muy sesenteros, pero son minucias, no seamos tiquimisquis en estos casos tan felices.
Al final delira con tanto niño bonito, pero ni siquiera o sin embargo, a pesar de todo, te quiero, no hacen ni la concesión de decirnos cual es el agraciado genéticamente, a quién le ha tocado el no tan gordo, podría ser ninguno, también todos, cualquiera, qué nos importa, el caso es que sin ella, él no vale nada, vaca sin cencerro, un pisaverde de tercera, Marcello, el mejor, con mucha diferencia sobre el resto, actor de la historia, mucho más allá de esa categoría simplona, no le hace justicia, se queda corta, elegante, patético siempre a la vez, al mismo tiempo, la tierra y el cielo, el hombre perfecto, por el suelo como una sabandija y a la vez el más elevado de todos, qué jeta percha pelo, la versión buena de Antonio Banderas, qué cachondeo, qué tragedia tan guasona representa eternamente, prestancia y clase, qué risa verle.
Y Vittorio junto a Berlanga, los mejores directores. Y Nápoles, gol con la mano de Maradona. Los argentinos, esa mezcla rara de italianos y españoles y nativos y centroeuropeos judíos, amalgama, junta cada vez cadáveres.
En fin, que me nubla el juicio, ese es mi atenuante, esta película. Yo también lloro.
Él es un desgraciado y un miserable, lo peor de cada casa, pero en el fondo del fondo, la mar de majo bueno, claro. Ella es una burra y una analfabeta, bruta y testaruda, a la fuerza puta, la más moral, para variar, del mundo, la más honesta y clara respecto a sus necesidades y deseos. Aquí ni siquiera caen en la tentación de las víctimas y los verdugos, esa bajeza. Los quieren demasiado a los personajes como para hacerles esa faena, tan de menos, ultrajarles tanto, para perpetrarles esa ignominia.
Quizás sobren algunos planos chungos muy sesenteros, pero son minucias, no seamos tiquimisquis en estos casos tan felices.