Media votos
4,3
Votos
2.822
Críticas
2.822
Listas
0
Recomendaciones
- Sus votaciones a categorías
- Contacto
-
Compartir su perfil
Voto de Ferdydurke:
6
6,5
1.829
Acción
1933. Durante la época de la Gran Depresión, Chaney, un perdedor solitario, se monta en un tren de carga con dirección a Nueva Orleáns. Una vez allí, intenta ganar dinero de la única manera que sabe: con sus puños. Chaney se acerca a un estafador llamado Speed, y le convence de que puede ayudarle a ganar mucho dinero. (FILMAFFINITY)
2 de agosto de 2022
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Qué se le va a hacer.
Está llena de virtudes como panes puramente cinematográficas, los encuadres, el ritmo, la bella nítida fotografía, la mirada, la pausa, la calma, pero también está embutida en una historia de fórmula bien pautada y previsible que le resta fuerza o pegada a pesar de pequeños detalles hermosos, algún plano fabuloso, estáticos especialmente, el médico que no cura ni medica, se lo lleva muerto, a Bronson no le roza ni el viento, las magulladuras son un mito, atrezzo, es bueno, James Coburn (padre de Dafoe, de tal astilla, tal árbol, desgarbado, fibroso, quijotesco, el caballero de la triste figura que por lamérica asoma) es/tá inmenso, el atractivo raro sonado de Ireland, depresión de caballo sublimada por un estoicismo duro, el calvorota es un cachondo (lucha matemática la que sostienen ambos, la cabeza cuadrada del tito Charles versus/contra la octogonal del que siempre ríe manque pierda, sabe que no vale la pena, que todo es broma o joda, una tunda buena se lleva, como a una estera, como aquel gigantón bueno de la mina del jinete pálido, a más grandes, un corazón más de pomelo) y hasta el hecho de que le humanicen a través del sexo y el dinero (aunque poco, ambas cuestiones se las pasa por el forro si se tercia, no depende de nada ni de nadie, es libre como el viento), a un personaje que tiende inevitablemente a salir volando hacia el mismo cielo (es un ángel caído, alguien debió haberle calumniado, qué mala es la envidia, porque sin beberlo ni comerlo fue de una patada mandado a la tierra a purgar un pecado solo imaginado) de puro bueno, que tiene la estatura moral legendaria del hombre sin nombre de Eastwood por poner un ejemplo señero, poco más o menos.
Ya el comienzo es hermoso, promete, prometeo, plano general, el tren que se acerca y cambian a la cara pétrea de Charles que observa, perfecto, que mira al tendido sin mover un solo músculo de la jeta, contempla, asimila, educa.
Está llena de virtudes como panes puramente cinematográficas, los encuadres, el ritmo, la bella nítida fotografía, la mirada, la pausa, la calma, pero también está embutida en una historia de fórmula bien pautada y previsible que le resta fuerza o pegada a pesar de pequeños detalles hermosos, algún plano fabuloso, estáticos especialmente, el médico que no cura ni medica, se lo lleva muerto, a Bronson no le roza ni el viento, las magulladuras son un mito, atrezzo, es bueno, James Coburn (padre de Dafoe, de tal astilla, tal árbol, desgarbado, fibroso, quijotesco, el caballero de la triste figura que por lamérica asoma) es/tá inmenso, el atractivo raro sonado de Ireland, depresión de caballo sublimada por un estoicismo duro, el calvorota es un cachondo (lucha matemática la que sostienen ambos, la cabeza cuadrada del tito Charles versus/contra la octogonal del que siempre ríe manque pierda, sabe que no vale la pena, que todo es broma o joda, una tunda buena se lleva, como a una estera, como aquel gigantón bueno de la mina del jinete pálido, a más grandes, un corazón más de pomelo) y hasta el hecho de que le humanicen a través del sexo y el dinero (aunque poco, ambas cuestiones se las pasa por el forro si se tercia, no depende de nada ni de nadie, es libre como el viento), a un personaje que tiende inevitablemente a salir volando hacia el mismo cielo (es un ángel caído, alguien debió haberle calumniado, qué mala es la envidia, porque sin beberlo ni comerlo fue de una patada mandado a la tierra a purgar un pecado solo imaginado) de puro bueno, que tiene la estatura moral legendaria del hombre sin nombre de Eastwood por poner un ejemplo señero, poco más o menos.
Ya el comienzo es hermoso, promete, prometeo, plano general, el tren que se acerca y cambian a la cara pétrea de Charles que observa, perfecto, que mira al tendido sin mover un solo músculo de la jeta, contempla, asimila, educa.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Y el final igual, la cara de asombro de Poe, arrobado alucinado sorprendido fascinado ante tanta generosidad sin porqué, sin intención de compensación, como para un esquimal presenciar la lava, Miami en el horizonte (como en Cowboy de medianoche, película gemela en cierto raro modo ya que nos ponemos, afinidades electivas tenemos, fracaso, la otra cara de la luna, dignidad, miseria, sueños rotos, hostias benditas), Bronson que se aleja en busca del Norte, tanto da, (pobre hombre, qué hará, qué será de él cuando le falle el cuerpo y no tenga donde caerse muerto, ni un perro que le ladre, por quién doblan las campanas, puños de hierro, fuera, o ya de hojalata, ¿seguirá entonces desfaciendo entuertos, poniendo orden y trayendo progreso?, ¿quién te cuidará cuando haga frío si tienes el corazón partío, o de hielo, fundido, amigo mío?), en la más oscura noche se pierde, desaparece, junto a las vías del tren como Neal Cassady, y los otros dos truhanes llenos de proyectos, efímeros, vanos, espejismos, las dos Américas, la solitaria y austera, y la bulliciosa y negociadora, ideal o posibilismo, la sana y la corrupta, el bien y el mal que en el fondo se quieren o necesitan y, sobre todo, Charles Bronson, hay que decirlo, que estás en los cielos, santificado sea tu nombre, plegarias atendidas, ese hombre, cómo golpea, y piensa actúa, preciso, quirúrgico, elegante, implacable, impertérrito, cómo les mira y se apiada a su manera, cómo evita caer en las redes pericolosas de la sirena rubia del Misisipi (a la caza desesperada de un hombre menda que la salve de la quema la mantenga y que mientras tanto más que menos se prostituye), cómo él se queda en casa o donde sea mientras el otro se va de putas (lo hiciste genial, chaval, le dice ella, parece salida de Fargo, ja ja ja, ya lo imaginaba, que esa iba a ser tu respuesta, le responde él a sabiendas, ahí me las den todas, ríase la gente vaya yo caliente y a la inversa; personaje bribón en el que coinciden con acierto se encuentran de bruces la bajeza y la grandeza, la primera en su trampa y afán de fracaso -jugar y perder es la hostia, casi no hay mayor placer- impenitente, al límite, el fango es su líquido elemento, la segunda en su entereza y reinvención de sí mismo constante, improvisa, no se arredra, erre que erre, desafía, su fair play o deportividad siempre presente, tras tanta derrota, sus pullas no las tengamos en cuenta, son la salsa de la vida).
En resumen, que está bonita, bien hecha, gozosa, modesta, en los puros huesos se eleva.
En resumen, que está bonita, bien hecha, gozosa, modesta, en los puros huesos se eleva.