Siete años después de El diario de Briget Jones, Sharon Maguire cambia de registro, en este su segundo largo, y se pasa al drama con una historia muy actual que, una mas, nos llega a nuestras pantallas con dos años de retraso. Las secuelas de un acto terrorista mas allá de titulares, conmemoraciones y análisis políticos, vividas en primera persona con una excelente Michelle Williams que asume todo el peso de la trama. Maguire sale airosa con una dirección que en algunos momentos brilla especialmente y que la confirma como una directora que no debería tardar tanto en ofrecernos nuevos trabajos. Poética y emocional, nos invita a la reflexión alejada de maniqueísmos simplistas, políticamente incorrecta y en ocasiones demasiado subrayada a pesar de su ajustado metraje. Un buen trabajo que ha pasado algo desapercibido.
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