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España España · MADRID
Voto de ELZIETE:
9
Cine negro. Intriga. Thriller Tras suicidarse, el policía Tom Duncan deja una carta en la que confiesa haberse dejado sobornar por una banda de gángsters, pero también denuncia la corrupción de altos funcionarios. Cuando el sargento Dave Bannion trata de esclarecer su muerte tropieza con toda clase de obstáculos. (FILMAFFINITY)
17 de noviembre de 2017
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
El maestro Lang tuvo que esperar turno (tres años) en la industria norteamericana a pesar de su madurez fílmica y su prestigio europeo y pasar por el aro de las películas de género made in USA. Cuando le tocó hacerlo siempre dejó su sello. En el policíaco empezó avisando de lo que era capaz con “Solo se vive una vez” (1937). La que nos ocupa es la cuarta incursión en el género de las siete que realizó.

Como casi todas ellas se nutre de la realidad cotidiana, de las páginas de sucesos de la prensa, de los que Lang se aprovecha para insertar su crítica social. En este caso la corrupción, la connivencia entre políticos, policías y gansters que van minando la convivencia no solo en las grandes urbes.

El periodista y novelista William P. McGivern publicó su novela “The big heat” de forma serializada en la revista “The saturday evening post” basándose en los hechos acaecidos a finales de los 40 en Filadelfia y que fueron publicados en el periódico en que trabajaba. Un funcionario de Hacienda se suicidó dejando constancia de los entramados de corrupción en los que había participado. Ningún periódico se atrevió a publicar dichos hechos en exclusiva.

La Columbia se apresuró a comprar los derechos de la novela de McGivern y Sidney Bohem escribió un guión impecable para Lang que mereció el premio “Edgard” (Allan Poe) de la sociedad de escritores de misterio de América. Lang aplicó la escuadra y el cartabón y delineó una estructura narrativa ejemplar, un prodigio de síntesis, donde la cámara siempre elige la mejor opción y los fueras de plano definen el molde de como trasladar a la imaginación del espectador aquello que no filma la cámara con mayor efectividad que si lo hiciera. Una forma magistral de reflejar la violencia de la historia.

Tampoco se olvida Lang de evocar con moderación, eso si, su pasado expresionista alemán en la notable fotografía en blanco y negro como mandan los cánones de Charles Lang (no, no era pariente del director). El dúo protagonista con una Gloria Graham esplendida y bellísima que acaba por imponerse a un Glenn Ford que solo flaquea en los planos finales en una secuencia que a mi juicio Lang no debería haber cargado sobre el rostro del actor. No obstante Ford compone con sabia contención uno de los mejores personajes de su dilatada carrera. Habría que preguntarl a Jose Luis Garci cuanto debe el German Areta de Landa en el “El Crack” al David Bannion de Ford. Graham lo borda en esa “femme fatale” (el papel pudo ser para La Monroe) que acaba por darle la vuelta al “forro” del género y toma las riendas del asunto. Todos ellos estupendamente secundados por los actores de reparto donde llama la atención un Lee Marvin que encontraba su hueco en la industria y ese mismo año rodó siete películas, o la hermana de Marlon Brando. Aunque me quedo en última instancia con esa breve pero significativa intervención del único personaje, la sra. Parker, interpretado brillantemente por la secundaria todo terreno Edith Evanson (más de 74 films) que aparentemente no ejerce la ambigüedad moral ni busca su propio interés, una mujer gris, de edad , empleada en un metafórico desguace que se juega lo poco que tiene para poner su grano de arena de justicia en un mundo corrupto. Todo un ejemplo de valor cívico.

cineziete.wordpress.com
ELZIETE
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