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España España · MADRID
Voto de ELZIETE:
7
Drama. Thriller La vida de Ted Kennedy y su carrera política se descarrilaron después de un fatal accidente automovilístico en 1969, en el que el coche que él conducía se precipitó desde un puente a un lago y en el que perdió la vida su joven secretaria de campaña, Mary Jo Kopechne. (FILMAFFINITY)
20 de mayo de 2019
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
A pesar de lo que dice la publicidad de los carteles promocionales probablemente nunca llegaremos a saber toda la verdad de lo que ocurrió la noche del 18 de Julio de 1969 en la isla de Chappaquidick (isla separada, según el lenguaje de los nativos originarios) en el estado de Massachussets. Al silencio generalizado impuesto por los que fueron más o menos protagonistas del suceso, se unen un abanico de versiones tan poco esclarecedoras como la oficial que el entonces senador Ted Kennedy ofreció a la opinión pública. La versión que ofrece Curran se suma al hecho de que plantea más preguntas que respuestas y podríamos afirmar que su objetivo no es tanto el suceso en sí sino un estudio psicológico del benjamín de los Kennedy, al que presenta como el último de la fila, siempre por detrás de la notoriedad de sus malogrados hermanos mayores y con el trauma de necesitar imperiosamente el reconocimiento y afecto del pater familias, el todopoderoso Joseph Kennedy, al que da vida de forma inquietante en pocos minutos el estupendo Bruce Dern.

Si bien es cierto que el director deja clara la irresponsabilidad de Ted Kennedy y subraya sus al parecer habituales meteduras de pata con ideas poco meditadas y el pragmatismo egoísta y cobarde de anteponer su prestigio y su carrera política ante el dilema moral que le acosa, también es cierto que le mantiene en una zona de ambigüedad confortable a ojos del espectador y descarga parte de sus actos posteriores a las presiones políticas de su entorno, notablemente representadas en ese grupo poderoso que se esconde en la trastienda de cualquier político con aspiraciones y que dan mucho miedo al ser capaces de manejar los hilos que hagan falta en una red infinita de clientelismos y veladas amenazas para que sus hombres de paja ante la sociedad mantengan su imagen y su prestigio impoluto. No se atreve Curran con el alcoholismo del senador, sus problemas matrimoniales y su promiscuidad sexual, factores que pudieron sin duda jugar bazas importantes en los hechos en los que perdió la vida la joven Mary Jo Kopechne perteneciente al grupo de secretarias de “la sala de calderas” que trabajaron para la campaña de su hermano Bob.

¿Como pudo salir del vehículo un corpachón como el de Ted y no el de la menuda Mary Jo? ¿Que relación real había entre ambos? ¿Cuanto tiempo resistió con una bolsa de aire sin que la ayudaran? La versiones van de 4 a 5 m. a 4 h. ¿Porqué bucean en un caudal que en marea alta apenas cubre el vehículo? Cuando se precipitó había marea baja. ¿Es posible que el senador no estuviera en el vehículo como apunta la versión del reputado periodista Jack Olsen? ¿Porqué dijeron que volvían al hotel de Edgartown, cuando no se despidieron de nadie, dejaron pasar el Ferry, y Mary Jo dejó las llaves y su bolso en la fiesta, amén de dejar a los otros diez participantes con un solo coche para regresar? Estos y otros interrogantes dan para que el espectador se mantenga atento a la pantalla ante la posible resolución de un suceso irresoluble.

Ted Kennedy en un acto de cinismo apeló ante las cámaras a que fuese la opinión pública quien dictara sentencia, a sabiendas de que contaba con la sombra benevolente y alargada de la maldición de los Kennedy y excusándose con una batería de falsos atenuantes. Salvó el culo político, fue el senador más longevo de la historia pero truncó para siempre su carrera a la presidencia con una mancha que nunca le abandonaría.

Con una narración académica Curran nos traslada a finales de los 60, en plena guerra fría, el hombre pisando la Luna y al derrumbe de los últimos ladrillos de un Camelot que nunca existió más que en los sueños de unos USA que se veían como poderosos señores de todos los reinos allende los mares. Sueños apenas evocados por Obama y del que han despertado bruscamente con la versión de pesadilla Trump.

cineziete.wordpress.com
ELZIETE
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